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REVISTA  DEL  CRISTO 2001

             El pasado 27 de Julio y bajo el título : “ El mundo funerario íbero romano en Espera “, se inauguró la Exposición Permanente en una de las Salas de la Casa de la Cultura. 

            Puede que para muchos, esto no signifique más que una mera muestra de piezas arqueológicas al igual que otras efectuadas con anterioridad. Sin embargo, no es así, y puede que sea el inicio de algo con lo que otros muchos hemos soñado tantos años, y no es otra cosa sino que se convierta en un Museo; donde, no solo sea un lugar donde se guarden objetos artísticos, sino una institución abierta al público para la adquisición, conservación, estudio y exposición de los objetos que mejor ilustran las actividades de nuestros antepasados. 

            Esta exposición fue y es nuestra historia, nuestra cultura, la vida de nuestro pueblo y de los que en el habitaban desde hace siglos. Todo lo expuesto es algo minúsculo pero no insignificante, pues son muchas las conclusiones a las que se puede llegar con el estudio de dichas piezas.

            No creamos que se ha llegado a ello    con tan solo una inversión de dinero, sino con el esfuerzo de muchos profesionales, políticos y ciudadanos que han venido apostando por algo tan necesario y a los que debemos de estar agradecidos, sobre todo, cuando el interés que les ha movido a ello ha sido en la mayoría de los casos altruista.

             No han sido las guerras y las invasiones de los distintos imperios o etnias, entonces existentes en nuestro pueblo, las que nos privan de ver, estudiar y conservar lo que en las distintas épocas tenían y utilizaban; sino el expolio, la falta de cultura y las leyes existentes que han permitido que nuestro patrimonio se haya marchado fuera o se esté “muriendo” entre las telarañas de los sótanos de los distintos museos.

             Debemos ser conscientes de la importancia que tales hallazgos representan y reivindicar el derecho que nos asiste para que dichos objetos estén a nuestro alcance en el lugar que se merece: el Museo de Espera. Hay que sentirse orgulloso de la extensa bibliografía que desde hace miles de años existe sobre nuestro pueblo y poner a nuestra historia y a nuestra cultura en el lugar que le corresponde.

             Ahora y centrándonos en lo que disponemos, por el momento, en dicha exposición. Sobre las piezas hay que decir que provienen casi de la totalidad de nuestro término municipal, especialmente de los yacimientos más emblemáticos e importantes como pueda ser Carissa Aurelia o Esperilla; y otros menos importantes como Cerro Latino (ó Laíno), Las Peñas, Manchuela, Sanguijuela, San Antón, Amarguillo, etc.

             Habría que decir que cuando nos referimos tanto a Carissa Aurelia como a Esperilla, no queremos enclavarlo a lo que es en la actualidad sino a lo que en su época fue. Por ello, cuando hablamos de Esperilla, nos referimos además de ella a su entorno: La Carrasca, Tío Mota, Roa la Bota, El Pregonero, etc.

             No sería vanidoso decir que en nuestro término se encuentra la cultura más representativa del mundo funerario en todas sus épocas y especialmente en la íbero romana.

            Como decía aquel dicho popular, “una imagen vale más que mil palabras”, haremos éste artículo más ilustrativo que explicativo; aunque no olvidemos que debe ser visita obligada para todo espereño la Exposición de la que disponemos y el futuro Museo que esperemos sea pronto.

             Lo más representativo e importante con que contamos en la sala es la cultura zoomorfa, en su mayoría de Esperilla y el ajuar funerario, sobre todo de Carissa. 

LEÓN CON TERNERO.

CIRCUNSTANCIAS DEL HALLAZGO.‑ Fue encontrado en el año 1.968 en la parcela denominada Tío Mota, propiedad de D. Servando Garrucho Garrido de manera casual cuando una máquina excavadora se encontraba realizando trabajos de limpieza del terreno. La máquina levantaba las piedras de gran tamaño que era imposible arrastrar con el tractor.

 LEÓN DE TÍO MOTA. 

CIRCUNSTANCIAS DEL HALLAZGO.‑ Fue encontrado durante las faenas agrícolas de arado de la tierra en la parcela denominada Tío Mota, dentro de la finca de Esperilla, muy cerca del lugar donde se encontró el primer león que estudiamos en este trabajo. Apareció el año 1.973.

CABEZA DE LEÓN Y FRAGMENTO DE TRONCO. 

CIRCUNSTANCIAS DEL HALLAZGO: Fue puesto al descubierto, junto con otro gran fragmento del tronco, parece que del mismo león, por las aguas de escorrentías de un arroyo que naciendo en la parcela de Los Barrancones, en la misma finca de Esperilla, atraviesa la finca de D. Vicente Vega y desagua en el arroyo Franquillo. Año 1.983.

LEÓN DE LA CASA DE LA CULTURA. 

CIRCUNSTANCIA DEL HALLAZGO.‑ Fue encontrado en la parcela denominada Los Barrancones, cuando una máquina excavadora realizaba limpieza de piedras grandes en el terreno durante el verano de 1.988.  

GUERRERO TURDETANO.                         DAMA SEDENTE.

 CIRCUNSTANCIAS DE LOS HALLAZGOS: Fueron encontradas casualmente tras las abundantes lluvias de mes de diciembre de 1.996. Aparecieron en un arroyo muy cerca de unas tumbas romanas de incineración en la parcela de Dª Dolores Garrucho Garrido en la finca de Esperilla.  

Amuleto de bronce consistente en una argolla de suspensión de la cual suspende un falo. Pudiera ser un objeto romano relacionado con el culto a Príapo, de la segunda mitad del siglo I d. C.

Anillo de oro posiblemente púnico, encontrado en las Lomas del Pozo Santo, hoy Finca La Manchuela. Existe resto de un caserío con abundantes tégulas, pondus, plomadas y fusayolas bitroncocónicas ( elementos de trabajos textiles).

                                     Urnas funerarias encontradas ambas en Esperilla. La de la derecha que estaba totalmente destrozada ha sido restaurada por Lete para la Exposición. Las dos fueron encontradas en la zona de la Carrasca. La de la izquierda estuvo expuesta el pasado año en Espera y en Arcos de la Frontera.

Opus spigatum. Ladrillos en forma de espiga encontrado en los años 1970 en la falda del Cerro Latino ( Laíno ). Miden aprox. 70x32x22 mm. En los alrededores aparecieron fíbulas, monedas y ajuar funerario.

   Es una pequeña muestra de las piezas que se encuentran en la Exposición, pero son muchas más las que hay y otras tantas más las que hacen falta para completar ese Gran Museo que queremos hacer pronto realidad y que con la ayuda de todos seguro que lo conseguiremos. Es por ello por lo que quiero transmitirles a todos que es un deber que tenemos para con nuestros antepasados y nuestros progenitores el que podamos y puedan disfrutar de algo que no es sino patrimonio de todos.

         Ya hemos desperdiciado bastantes joyas de nuestra historia. Si conseguimos lo que tenemos y logramos desempolvar las que reposan en los sótanos de los Museos, así como rescatar mediante intervenciones arqueológicas las que aún permanecen enterradas encarrilaremos nuestra historia desde el “ayer” hasta el “hoy”. 

Antonio Durán Azcárate. 2001

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