NOTICIAS DE LA VILLA DE ESPERA
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Nuestra Señora del Rosario
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El Rosario, según Pio V en la Bula
Consueverunt de 1569: “El rosario o salterio de la bienaventurada virgen María
es un modo piadosísimo de oración y plegaria a Dios, modo fácil al alcance de
todos, que consiste en alabar a la santísima Virgen repitiendo el saludo
angélico por ciento cincuenta veces, tantas cuantas son los salmos del salterio
de David, interponiendo entre cada decena la oración del Señor, con determinadas
meditaciones que ilustran la vida entera de nuestro Señor Jesucristo”. Esta es
la considerada como la mejor definición de rosario.
El rosario en su nacimiento está ligado al rezo diario de los 150 salmos
bíblicos de Salomón por los monjes en su liturgia de las horas. Los monjes que
no sabían leer sustituían el salterio por 150 padrenuestros o 150 avemarías, y
así se puede decir que estaba naciendo el rosario. Más tarde, esta costumbre de
los monjes iletrados pasaría a los laicos devotos deseosos de emularlos. El
avemaría que se recitaba entonces era conocida desde antiguo, pero difiere de la
actual, ya que solo se recitaba la primera parte evangélica que era la que
contenía el saludo del ángel – « ¡Salve, llena de gracia! El Señor está
contigo»- y la bendición de Isabel – « ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito
el fruto de tu seno!».
El verdadero impulso de su rezo se debe al español santo Domingo de Guzmán
(1170-1221), fundador de la Orden de Predicadores o dominicos. Según la
tradición católica, en 1208 se le apareció la Virgen. En su mano llevaba un
rosario y le enseñó a recitarlo.
El rezo tomaría un gran impulso a partir del 13 de septiembre de 1213. Simón de
Monfort, amigo de santo Domingo, hizo que su tropa rezara el rosario antes de la
batalla de Muret, consiguiendo la victoria y terminando con la herejía
albigense. En señal de gratitud mandó construir la primera capilla de Nuestra
Señora del Rosario.
Pero será el dominico Alano della Rupe (1428-1478) el que dé un gran impulso a
la formulación del rosario en su obra De dignitate psalterii: diferencia
entre el rosario viejo (rezo exclusivamente de las avemarías) y el rosario nuevo
(el que añade la meditación de los misterios); vuelve a las 150 avemarías, las
agrupa en 15 decenas y reduce las meditaciones a tres cincuentenas referidas a
la encarnación, pasión y gloria de Cristo y María. Contribuyó
extraordinariamente a difundir el salterio mariano a través de la predicación y
de la fundación de las cofradías marianas. Por ello, se le conoce como el
apóstol del rosario. Desde entonces comenzó a llamarse este rezo Rosario de
la bienaventurada Virgen María.
Fecha importante también en esta evolución será el año 1483, ya que se añade al
avemaría original el Santa María…, para finalizar con el amén y el
nombre de Jesús. Ya tenemos el avemaría completa.
Mucha más importancia tuvo la figura del papa dominico Pío V (1566-1572). En
1571, el día 7 de octubre, se hallaba en Roma rezando el santo rosario, mientras
se estaba librando la batalla de Lepanto contra los turcos, con la victoria del
ejército cristiano. El papa lo atribuyó al rezo del rosario y a la intervención
de la Virgen por lo que dio el encargo a su congregación de propagar dicho rezo.
En la bula Salvatoris Domini (1572) instituyó la fiesta litúrgica de
Nuestra Señora de la Victoria el 7 de octubre en recuerdo de la de Lepanto, que
pasó a llamarse Nuestra Señora del Rosario en 1573 por la bula Monet
Apostolus de Gregorio XIII (1572-1585).
Fue también un dominico, Fray Agustín de Melgarejo, predicador general de la
Orden de Santo Domingo, quien por comisión del Padre Prior del convento de
Jerez, creara en Espera la Cofradía del Santísimo Rosario en 1.610. Aprueban
celebrar sus cabildos y guardar sus ornamentos en la capilla que está junto al
Evangelio, haciendo que se llame de Ntra.
Sra. del Rosario y que tengan por patrón a Santo Domingo.
Curiosamente ésta Hermandad y Cofradía es la primera que admite en sus Reglas y
Capítulos el que puedan pertenecer a ella tanto a niños como a mujeres. Se nota
mucho la influencia de los dominicos en todo el contenido de las Reglas. Todos
los hermanos están obligados a rezar el Santo Rosario una vez en semana.
Establecen la Fiesta del Rosario, el primer domingo de octubre, como la fecha
para la elección de los nuevos cargos directivos de la Hermandad. También que se
haga una misa cantada en las cinco fiestas de la Virgen.
Serán en el siglo XVIII cuando estos rosarios pasas a desarrollarse en la calle,
conocido ya como Rosario de la Aurora, algo que dio muchos problemas de orden
público y que hubo momentos en que se prohibió, concretamente el 27 de julio de
1781 se dicta una Real orden en la que se manda al Gobernador del Consejo de su
majestad y al arzobispo de Toledo que se pongan de acuerdo para prohibir los
rosarios que por doquier se rezaban y que solo se permitieran los autorizados a
las congregaciones marianas en los días señalados del año litúrgico. La iglesia
fue concentrando las celebraciones de dichos rosarios en los momentos más
acertados litúrgicamente, que como todos sabemos era el mes de Octubre y el mes
de Mayo, meses dedicados a la Virgen María. Todo ello no impedía para que en
nuestro pueblo, como en el resto de Andalucía, se organizaran Rosarios de la
Aurora en fechas concretas con una advocación mariana, como podría ser la
Inmaculada, la Virgen de Agosto, etc… y otros que puntualmente celebrara la
mencionada Cofradía del Santísimo Rosario como fuera el día de los Difuntos por
sus hermanos fallecidos.
Algo que nos confunde muchas veces a la hora de determinar la ocasión propicia
para la celebración de determinados actos litúrgicos son el mirarnos en el
espejo de la vecindad como pueda ser Bornos, Arcos y Villamartín que
curiosamente prevalece el patronazgo mariano: Ntra. Sra. del Rosario, Ntra. de
las Nieves y Ntra. Sra. de las Montañas. Curiosamente además fue el lugar de
procedencia, el de Villamartín, del Pbro. D. Ignacio Gallardo, quien introdujera
en la celebración de nuestras Fiestas en Honor al Santísimo Cristo de la
Antigua, el Rosario de la Aurora, algo que no se hacía hasta entonces.
Con ello no quiero decir que éste acto de piedad popular sea malo sino que
litúrgicamente no es correcto, sobre todo, cuando existen momentos mucho más
propicios para ello, como pueda ser el mes de octubre, mes de mayo o cualquier
celebración festiva mariana (Virgen del Pilar, Festividad de la Inmaculada,
Virgen de la Paz, Fiesta de la Candelaria o María Auxiliadora… por ejemplo).
La cuestión no está es seguir celebrando las cosas porque sí, sino en rectificar
cuando no se hacen bien. Somos muy dados a perpetuar las cosas cuando se hacen
durante unos años y en ocasiones no es lo correcto. Nuestro Santo Cristo de la
Antigua es el eje central en el que deben de converger todos los actos con
motivo de sus Fiestas Patronales y es a Él al que se le deben de dedicar todos
los actos que durante las mismas se celebren. Es por todo ello por lo que no
debemos ver la supresión del Rosario de la Aurora durante las Fiestas Patronales
como una decisión arbitraria y sin sentido; todo lo contrario: acertada,
coherente y litúrgicamente correcta. Que María Santísima, Nuestra Señora del Rosario, os bendiga a todos. |
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@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2014 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA