El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordó el pasado 30 de Junio la Declaración de Monumento a la Casa de Cilla o Molino de los Diezmos de nuestro pueblo. Asimismo lo inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Ello conlleva la protección del entorno que abarca las parcelas, inmuebles y espacios públicos y privados de la plaza García Lorca y de las calles Veracruz, Cardenal Cisneros, Doctor Fleming, Rincón de Chacana y Nueva.

                 En la resolución de dicha declaración se aprecian errores en la datación y breve historia de dicho edificio y que en honor a la verdad, quisiera resaltar:
Dicho monumento, ni es del siglo XVIII ni lo mandó construir el Cabildo Catedralicio Hispalense en 1773. Podemos asegurar, porque así consta en el Archivo de la Institución Colombina según protocolo, de su existencia anterior a 1645, año en que su propietaria, Dª Maria de Mesa, un 7 de Septiembre otorgaba testamento a favor de sus  hijos Juan, Francisco, Alonzo, Luis, Cathalina y Maria Ysabel dejándoles dicho edificio.
El edificio fue vendido  al Cabildo Catedralicio de Sevilla el 8 de Febrero de 1737. La venta se llevó a cabo por la cantidad de quince mil novecientos noventa y siete reales de vellón  que se pagaron en doblones de oro de veinte pesos, de los cuales se restarían tres mil novecientos noventa y siete para pagar la redención de diversos tributos que importaban seiscientos reales y el resto para las obras y reparos que había que hacer para que las mencionadas casas sirvieran de silla de pan.Ya en el año 1743 consta que se recibieron granos en dichos almacenes y la relación de contaduría de dichos granos, lo que nos hace pensar que la inscripción a la que se refiere en la fachada de 1773 puede deberse a un adorno posterior de la fachada.

              Podéis ampliar la información sobre ello en un artículo que escribí para una de las Revistas del Cristo en el año 2002, y que espero que os resulte aclaratoria.

              Lo cierto es que es una gran noticia para nuestro pueblo, y que con ello, podamos comprobar que en aras de preservar y conservar nuestro Patrimonio Histórico y Monumental, puedan destinar fondos para realizar las faenas de mantenimiento y reparación que dicho monumento necesita, como es el caso de la nave superior que se encuentra bastante deteriorada y que si no se reparan en breve pueden sufrir daños muy considerables cuando lleguen las lluvias. Tampoco la restauración del azulejo de la fachada principal estaría de más.

              Que no quede solo en el reconocimiento, tan merecido, de dicha Declaración, y podamos conservar para disfrute del ciudadano de edificio tan singular como es nuestro Molino de los Diezmos o Casa de Cilla.