Cultos en Honor al Santo Cristo de la Antigua

Algo triste queda Espera éste sábado del Cristo, cuando aún queda esa Función Principal en Honor a nuestro Santo Patrón y cuando muchísima gente espera poder acompañar a nuestro Cristo en su regreso al Santuario Diocesano; y es que han terminado el Quinario en su Honor.

Casi toda la culpa la tiene quien nos ha estado predicando estos días en nuestra Iglesia Parroquial a los pies del Santo Cristo, nuestro querido amigo D. Eduardo Martín Clemens. Y bien digo arriba algo triste porque otros que al igual que él nos tienen que dejar para regresar a sus lugares de origen y se van con la gran satisfacción de haber estado unos días en Espera y haber podido escuchar las homilías del predicador.

Pero los que quedamos, vemos a nuestro Patrón que tendrá que esperar para volver a ver a su apóstol preferido en Espera.

Nuestro paisano Antonio Jesús Mariscal, al término de éste quinto día de Quinario intentó de alguna forma transmitir a D. Eduardo el sentir de nuestro pueblo y el agradecimiento hacía él por cada una de las homilías que hace en nuestro pueblo; y creo sinceramente que fue insuficiente, pues ni él ni ninguno de los que le escuchamos somos capaces de hacerlo.

Presto mucha atención a las opiniones que dan personas que van en contadas ocasiones a la parroquia o que incluso lo han hecho por vez primera en éstos cultos y los elogios y apelativos que hacen de D. Eduardo no me atrevo ni ha decirlos.

No solo ha contado con un numeroso público durante éstos cinco días sino que además ha gozado de una muy buena compañía concelebrando con él las distintas Eucaristías; entre ellas la de nuestro paisano y amigo D. Manuel Camargo Doblado, el también salesiano D. Juan Carlos Pérez Godoy, director del Colegio Salesiano de Cádiz, el sacerdote D. Thomas Joseph Hennigan, natural de Dunmanway en el condado irlandés  de Cork y párroco de Algar y nuestro convecino D. Rafael Pinto Vega de Bornos, párroco de S. Pio X de la Línea de la Concepción que al igual que muchos de sus paisanos tienen una gran devoción a nuestro Santo Cristo.

Bien se podían haber grabado las homilías y haberlas editado después, aunque le hubiera faltado mucho: situación, entonación y estar baja la mirada de éste Santo Cristo de la Antigua a la que tanta devoción le tenemos.

Aunque los temas y las personas a las que iba dirigida cada día , al igual que otros años eran distintas, no se puede decir de cual ha sido la más interesante, pues podríamos definirlas, con perdón, como una catequesis continuada de un pueblo cristiano y devoto de su Santo Patrón.

Al término de la misa, nuestro párroco D. Pablo Peña Vinces le impuso la medalla de nuestro Santo Cristo, algo que creo le emocionó tanto como a los asistentes.

D. Eduardo, nuestra felicitación, nuestro agradecimiento y nuestro deseo de poder verte de nuevo entre nosotros..