LA NAVIDAD DEBE DE CAMBIAR DE IDIOMA
Lo
que durante miles de años hemos utilizado en el mundo entero para
designar, lo que podríamos llamar la consigna o slogan de la
Navidad, y me refiero, a la trilogía de “Paz, Amor y Felicidad”
parece que suena hoy un poco raro y extraño para nuestros oídos.
Bien es cierto, que la sobrexplotación
de las palabras en un idioma tienden a volverlas ambiguas y de
significado incierto; sobre todo cuando llega el momento en que
pueden significar cualquier cosa.
Eso creo que le ha ocurrido un poco a
esas bellas palabras que durante tantos siglos han dado un poco de
sentido al llamado “espíritu de la Navidad”. Aunque pudiera ser que
nuestro egoísmo sea el causante de dicho deterioro.
Las palabras de Paz y Amor se han tenido
que utilizar tanto en la vida cotidiana para frenar las sinrazones
de la guerra provocadas por esos odios o, por qué no, intereses; que
por muy alto que se pronuncien, o no la escuchan o no quieren
escucharlas. La Felicidad, no es el estado grato de situación en el
que pudieran encontrarse las familias cuando antaño celebraban éstas
fiestas; hoy, más bien, es el fruto de un buen trabajo, un buen
sueldo, una buena elección o simplemente ser agraciado con la
primitiva o el euromillón.
Pero como decimos en ciertas ocasiones:
excepto la muerte, todo tiene solución. Y es que, aprovechando la
gran riqueza de nuestro idioma, podríamos cambiarlas por otras, más
acomodadas a nuestros tiempos y más explícitas. Yo, particularmente,
propondría las de: Solidaridad, Bondad y Generosidad.
Si en 1940, cuando nuestro pueblo tenía
más habitantes que actualmente tiene y cuando el número de hogares
no llegaba a la tercera parte de los que hoy tiene, la población se
concentraba más en esas viviendas casi cuadruplicándola. Había que
repartir mucho menos entre más número de personas, y aunque el
estado de bienestar fuera muchísimo más bajo, si que era más
equitativo en más gente.
Es por ello, por lo que hoy, más que
nunca, no debemos de desear cosas para los demás sino ser nosotros
mismos… digo: ser nosotros mismos más solidarios, más bondadosos y
más generosos. Con ello, ofrecemos lo mejor de nosotros y a quien
más lo necesita.
Hoy, cuando nos venden el gran
súper-estado de bienestar de cara a la galería, no nos enseñan esas
grandes carestías que han creado en nuestros semejantes; en primer
lugar porque es mucho más difícil el saber con certeza las
necesidades del prójimo y en segundo lugar porque si las conocemos
tenemos más justificaciones para desviar la mirada o pasar
desapercibidos.
Las crisis, no la dan los mercados, como
se nos quiere hacer creer; la dan las desigualdades económicas y
financieras, el dinero fácil y el archiconocido pelotazo. Algo
totalmente incompatible con esa Solidaridad, Bondad y Generosidad de
la que hablamos.
Al igual que periódicamente limpiamos el
polvo de nuestros muebles o fregamos el suelo de nuestras
habitaciones deberíamos de quitar las telarañas de nuestros
corazones, desempolvarlos y fregarlos, si es necesario con Fairy,
para que esos grandes valores que en él se encuentran se utilicen;
sobre todo en una época en que tan necesario es.
En ésta Navidad, intentemos no solo ser
sino sentirnos realmente solidarios para con nuestros semejantes,
porque con ello conseguiremos la Paz; bondadosos porque ablandaremos
nuestro corazón y el de los demás y cuyo fruto es el Amor; y seamos
generosos no como una exigencia sino como un sentimiento, porque el
generoso pensará generosidades y por generosidades encontrará la
Felicidad.
Buenas,
solidarias y generosas navidades a todos.
Antonio Durán Azcárate. Navidad 2008
[ Página Inicio ] [Noticias] [ Artículos ] [Información] [Guías y Directorios] [Fiestas] [Agricultura] [Datos e Informes] [Planos] [Fotos] [ Gastronomía ] [Agenda] [Mapa Web ] [Enlaces] [Contacta conmigo]
@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2008 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA