La Navidad: el peligro de una tradición.

 

                Cierto es que ni las Sagradas Escrituras nos dicen cuando se produjo el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, pero desde hace siglos, y aunque fuera un poco pagano hemos celebrado la Natividad de Cristo el 25 de Diciembre, oficialmente desde el año 345 proclamando dicha fecha San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianzeno.

            A lo largo de los siglos se han conformado las distintas tradiciones en los distintos puntos del planeta y cada cual ha asociado a la misma una serie de costumbres, personajes y ornamentación para celebrar estas fiestas.

            Durante muchos años, en nuestro pueblo a espejo de nuestros antepasados se han venido celebrando estas fiestas más o menos de una manera uniforme y ha ido evolucionando tan solo en la calidad de esa ornamentación pero manteniendo las costumbres y los personajes.

            Desde hace varios años, ésta tradición ancestral se ve amenazada por lo que podríamos llamar las Navidades del Corte Inglés y la Multiculturalidad. Digo lo del Corte Inglés porque ya ha sido cambiado ese inicio que daba el pistoletazo de salida hacia la celebración de las Fiestas como era ese Puente de la Purísima que a su término se comenzaban a buscar a las cajas de las figuritas, encargar la caja de polvorones  y poner la hucha para recoger rubias para comprar la botella de anís y la de coñac; hoy día, desde mediados de septiembre ya nos invaden desde los distintos medios de comunicación con juguetes, perfúmenes e incluso automóviles como compra de Navidad.

            También está muy de moda la Multiculturalidad, que al amparo de la igualdad entre razas, un modelo económico y social bajo el mismo rasero y otras cosas, están desplazando tradiciones y costumbres muy arraigadas en nuestro pueblo, con las incorporaciones de la costumbre germana de Santa Claus, San Nicolás y su Árbol, la de los países nórdicos con las de Papá Noel, etc.…; y esto ha mermado bastante y más aún cuando los recursos de los que hoy dispone la clase media y baja es mayor, en las instalaciones de los Nacimientos y la noche mágica de Reyes.

            Desde que el Arcángel San Gabriel cantara a los pastores que adoraban al Niño lo que podríamos considerar el primer Villancico, aquel “Gloria in excelsis Deo”, hasta hace varios lustros en el que grupos de amigos concertaban cualquier noche una cita para cantar Villancicos ya fuera por los campos y caseríos de nuestro término como por las calles de nuestros pueblo, también han cambiado las cosas en éstos últimos años en el que, unos dicen que por culpa del reloj o el ritmo tan acelerado de vida, son en contadas ocasiones cuando con mucha precisión y antelación podemos disfrutar de dichos cánticos.

            Y precisamente los cambios enunciados no son el mayor peligro para nuestra tradición sino los dos pilares que soportan la Navidad. Uno de ellos es la Familia, que torna de ser el eje central de estas Fiestas y alrededor de la cual deben de situarse todos los actos que en ella celebremos a ser algo más superficial cediendo su turno a celebraciones multitudinarias ya sean de empresas y en otros casos compartidas con personas que ni se conocen. Y el pilar fundamental en el que se debe basar esta celebración y parece que va camino del olvido para la mayoría es que ese Niño que nace en la Nochebuena es el mismo que el primer domingo de septiembre va a bajar desde el Castillo a nuestro pueblo muerto en la Cruz; ese Niño en brazos de María, tiritando en el pesebre,  que un día nos dirá que El es el Mesías y que hay que volver a nacer en el Espíritu es Cristo Jesús nuestra Pascua.

            Por todo ello, no nos debemos de dejar influenciar por el marketing o la falsa Multiculturalidad que nos quieren inculcar y preservar nuestras tradiciones, recuperar  nuestras costumbres, nuestra caridad cristiana en éstas fechas y tan necesaria para muchos y, todo aquello que sirva celebrar unas fechas aumentando nuestra Fe.

            Gloria a Dios en el Cielo y en la Tierra Paz. Felices Pascuas.

 

Antonio Durán Azcárate. Navidad 2007