RECORDANDO A MI MADRE
El día 5 de junio, que ni pensarlo quiero, se me fue mi pobre madre. Yo
creo que estás en el cielo pues tu vida fue un calvario muy difícil de llevar,
no tuviste ni a tu madre para enseñarte a caminar. Criaste a tus nueve hijos y a
unos cuantos hijos más que otras madres te dejaron para poderlos criar.
Tú no te quejabas nunca ni podías descansar; éramos tantos a tu cargo que
no te podías escuchar y, por si eso fuese poco, llegaron unos cuantos más, unos
cuántos mendigos a pedirte caridad. La caridad te sobraba, lo que te faltaba era
el pan. Repartías tu comida con los tuyos y los demás; tú no te sentabas porque
no tenías lugar.
A mí me cogió pequeña pero no puedo olvidar de dónde sacabas tanto con
tan poco capital; tú eras como Jesús, que duplicaba el pan para que hubiese para
todos; tú te quedabas sin “ná” pero a ti no te importaba: tú te sentías en paz;
ya todos habían comido, “lo tuyo” te daba igual, por eso madre querida, yo no te
puedo olvidar. Fuiste una madre muy buena y con mucha humanidad; de noche miro
hacia el cielo y me digo “en una estrella estarás con tu hijo y con los tuyos y
con todos los demás”.
Tú no estás vencida, te han cambiado de lugar para que desde arriba tú
nos puedas ayudar. Sigue luchando ahí arriba con todo tu corazón; si estamos
todos unidos, haremos un mundo mejor. Que tu estrella nos alumbre con toda su
intensidad y así todos unidos logremos alcanzar la paz
M F
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@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2010 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA