Fuente: Obispado de Asidonia-Jerez
"El primer milagro del Santo Cristo"
Papá, ahora no te escapas. Esta noche te toca narrarme un cuento o una
leyenda; que hace mucho tiempo que no te oigo ninguna.
-Nena, estoy que me caigo de sueno
—dijo
el padre- mientras se le escapaba un minúsculo bostezo. Acto seguido,
soltó un ligero ronquido intentando convencer a la niña de que estaba
dormido.
- Que ya me conozco ese truco. Quiero un cuento y además el tema lo dijo
yo. ¿Me has oído con las orejas?
- Con las orejas y con los oídos. ¿Cuál es el tema? Inquirió resignado
el adormecido padre.
El Santo Cristo de la Antigua, mi patrón.; el más guapo del mundo –
contestó con rotundidad la niña.
- Pues, ... érase una vez...
- ¿Por qué se llama "de la Antigua"? –cortó abruptamente la niña.
-
El Cristo siempre ha estado en la ermita del castillo y esa ermita fue
la primera parroquia que hubo en el pueblo, incluso antes de que se
construyera nuestra hermosa iglesia. Como fue la parroquia más antigua,
al Cristo se le llamó "El Cristo de la Antigua".
-
¡Ah!
Eso no lo sabía. ¿Cómo se llamaba a la ermita del castillo? –siguió
preguntando la chavala con su inagotable curiosidad.
- Ermita de Santiago; así era como se llamaba ya en el siglo XIII.
- ¡Pues, sí que tiene años la ermita!
-Más va a durar esta leyenda como sigas interrumpiéndome.
-Me tratas como si fuera una niña y ya soy una mujer.
-
Una mujer y todavía no tienes once años! Bueno, vamos a seguir. Durante
nueve años, desde 1255 a 1264, Espera fue conquistada y reconquistada
varías veces por cristianos y musulmanes. El primer rey cristiano que se
fa conquistó a los árabes fue Fernando III, tras ellos fue reconquistada
por ambos bandos hasta que Alfonso "El Sabio" la reconquistó
definitivamente para los cristianos y . . . ¿Te está gustando la
leyenda, nena?
¿Qué
leyenda, papá? Esto parece una clase de sociales.
- Ahora viene lo bueno, pequeñaja. La leyenda comienza aquí. El rey
cristiano
mandó al caballero Santiago que defendiera con valor ese puesto avanzado
que tantos quebraderos de cabeza le originaba. Era este señor Santiago
muy devoto Le una imagen Le Cristo, la cual se había traído de su tierra
natal, situada al norte Le España. Más, sí devoto era él; más devota era
su sobrina, la bellísima Gracia. Ésta pasaba muchas horas del día
rezando y pidiendo ayudara a los cristianos al sobrio y bello Cristo de
su tío. Sabía esta que su tío estaba preocupadísimo por el inminente
ataque árabe contra la fortaleza de Fatetar. Nadie se explicaba cómo los
árabes reconquistaban tan fácilmente aquel castillo.
Aquel mismo atardecer de color rojizo, mal presagio de abundante sangre
derramada, aparecieron las primeras huestes musulmanas.
El
señor Santiago miraba, desde
su esbelta torre del homenaje, con el ceño
fruncido, la llegada de los enemigos. ¿Cómo conseguirían tan fácilmente
reconquistar los árabes la fortaleza? Por fuerza tenía que haber un
pasadizo secreto conocido por los árabes que les facilitaba el asalto.
Mandó redoblar la vigilancia y se aprestó para la inminente batalla.
Gracia, tan preocupada como su tío, le propuso colocar un monolito en el
centro del patio de armas y, sobre él, poner al Santo Cristo
crucificado, dueño de su devoción. Le pareció buena idea a su tío
porque, además, tendría ocupados a los guerreros mientras
comenzase el momento de la batalla. Durante la tarde se concluyó la obra
y ya bien entrada la noche fue celebrada una misa.
Con los primeros rayos de la mañana comenzaron las primeras escaramuzas
y
al
mediodía los musulmanes habían sobrepasado la primera muralla. Estaban
seguros de su victoria. Conocían un pasadizo por el que pensaban
introducir un tercio de sus fuerzas e irrumpir por sorpresa en el patio
de armas.
Pero el destino o, según los cristianos el Santo Cristo, les tenía
preparada una gran sorpresa desagradable. Se inició el último asalto a
la fortaleza con gran fuerza y algarabía con el fin de obtener la mayor
sorpresa posible para los que iban a meterse en la fortaleza. Éstos
llegaron hasta el subsuelo del patio de armas pero… ¡no habían contarlo
con el pesado monolito sobre el que habían colocarlo la tarde y noche
anterior la imagen del Cristo! Por más que intentaron mover la fosa que
ocultaba la entrara, no fue posible ello. Pero, además, sus desgracias
no acabaron ahí: de pronto un fuerte temblor de tierra provocó el
derrumbamiento del pasadizo y la aniquilación de la tropa que estaba en
su interior.
Despavoridos huyeron para siempre de aquella fortaleza el resto de las
tropas árabes.
A
raíz de ello
los cristianos veneraron la imagen del Santo Cristo y parte castillo fue
arreglada y preparada como ermita: la ermita del Señor Santiago.
Y
este nombre se
mantuvo durante bastantes siglos hasta que se le llamó la ermita del
"Santo Cristo de la Antigua" más actualmente. Esta ermita, con un nombre
u otro, ha sido siempre el hogar del Santo
Cristo para
gloria y honra
del pueblo de Espera.
-
Entonces, papá, ¿el primer nombre de la ermita del castillo fue "Ermita
del Señor Santiago?
-
Exactamente, pequeña.
-
¿ y ese fue el primer milagro?
-
Por lo menos, el primero conocido.
- ¿Y esa imagen de la leyenda es la misma que hoy conservamos en el
castillo?
- La misma, cielo. Es una imagen muy antigua y de estilo románico, como
talla debe valer una fortuna. Pero es de los espereños: es nuestro
"Santo Cristo de la Antigua".
La pequeña cerró sus ojos y, al momento, estaba dormida como un
querubín. Posiblemente soñando bellas y numerosas aventuras entre
musulmanes y cristianos y adorando en sueños la imagen de su patrón: el
Santo Cristo de
la
Antigua", patrón de Espera, su pueblo.
Juan José Soler
Leyenda
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@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2008 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA