¿Se puede vivir así?
El terrorismo. la violencia de género, la muerte de seres indefensos (Aborto), violencia juvenil y roto el gran tabú, hijos que maltratan y pegan a sus padres.
Todo esto revela un malestar que no sólo es material. ¿Qué sentido tiene todo esto?. Hace años el sacerdote francés Teilhard de Chardin nos recordaba una frase profética: El mayor peligro que puede tener la humanidad hoy nos es una catástrofe externa, una catástrofe cósmica, no es ni el hambre ni la peste; al contrario, es esa enfermedad espiritual la mas terrible porque es la mas directamente humana entre todas las calamidades que es la perdida del gusto de vivir.
La pérdida del gusto de vivir o la falta de un sentido de la vida, es decir, lo tenemos todo pero nos falta "el pegamento". Este problema le preocupa a cualquiera, ya viva en Espera o en Marbella.
Frente a los fracasos e injusticias y este vacío que nos aplasta. ¿Cómo actuamos?, nos dejamos arrastrar por la indiferencia, la desidia, el abandono...
Pero esta actitud, ¿nos hace felices?. El gran educador italiano D. Giussani decía "El verdadero drama de la humanidad actual... es la falta de una educación a la altura de la magnitud de la lucha entre los hombres".
Necesitamos soledad y silencio para que nuestra vida tenga densidad y no sea frívola, vacía donde lo mejor es lo último que esté de moda. Cultivar el espíritu es la mejor inversión que podemos hacer en la vida, cuando uno cree tiene certezas que te hacen ver las cosas de otra forma. Estimado lector-a si has llegado hasta aquí, gracias.
Ahora me gustaría que leas despacio. Hace más de dos mil años el Maestro de los Maestros, Cristo, Dios hecho hombre un poco antes de morir exclamó: "Padre , perdónalos porque no saben lo que hacen". Perdonó a hombres imperdonables. Comprendió actitudes incomprensibles. Aceptó a personas dignas de total rechazo. Uno de los ladrones le pidió "Cuando estés en tu reino acuérdate de mi".
Los que se encontraban al pie de la cruz se quedaron hechizados. Y durante las horas de la crucifixión se dieron muchas otras similares. Fue la primera vez en la historia que alguien ensangrentado, abandonado y abatido por el dolor sorprendía a los que estaban libres. Cuando Jesús murió el Jefe de la Guardia dijo: En verdad este era el hijo de Dios. Vio más allá de los paréntesis del tiempo. Vio la sabiduría transmitida por un ejecutado en la cruz.
El Maestro de Maestros nunca presionó a nadie para que le siguieran; sólo invitaba a hacerlo. No fue más de trescientos kilómetros del lugar donde nació. No llevaba escolta, nunca derramó una gota de sangre. Su pequeña comitiva estaba formada por un grupo de apenas doce jóvenes de personalidad difícil. Pero hoy, para nuestra sorpresa lo seguimos miles de millones de personas de todos los países, de todas las culturas, de todos los niveles intelectuales.
Si reconocemos que en realidad hay algo o alguien que da a cada hombre o mujer en cada momento la posibilidad de reencontrar el gusto de vivir, es Cristo, la Verdad que se ha hecho carne y que todo hombre o mujer busca y que algunos continuamos viviendo a través de una compañía confortante formada por hombres y mujeres: La Iglesia.
Nuestra responsabilidad como Cristianos y Ciudadanos, con todos los hombres de buena voluntad es la de testimoniar y sostener la verdadera esperanza de los hombres de poder convivir.
Paco Arenilla
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@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2007 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA