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REVISTA DEL CRISTO 2006

EN RECUERDO DE MI MADRE

               En estos momentos me siento sobrecogida. Cada año, las Fiestas Patronales revuelven tanto mi interior que los sentimientos afloran como si de una primavera permanente se tratara y los campos ofrecieran a través de las flores, la mejor ofrenda para el Santo Cristo. Desde mi más tierna infancia y ya sabéis que tengo unos años, es de los primeros recuerdos que conservo de mi madre, cuando me iba haciendo mayor, me di cuenta que junto con las flores que mi madre presentaba al Santo Cristo, el mejor regalo que podíamos hacerle es la entrega de nuestras vidas. De ahí que, aún cuando todos nos movemos en medio de este stress que no nos lleva a ninguna parte, cuando se trata “del Cristo” yo me siento como siempre dispuesta, como aquella niña que de la mano de su madre iba cada dos por tres al Castillo.

             Permitidme que os haga partícipe de esta carta que, con motivo del fallecimiento de mi madre, quise responder a unos amigos cuando me manifestaron su más sentido pésame.

            En estos momentos difíciles por lo que atravesamos llega el eco de vuestras plegarias y oraciones como la prueba del auténtico cariño y amistad. Se demuestra una vez más que a pesar de la distancia geográfica se comparten los mismos sentimientos. La fe nos sostiene y la esperanza de su eterno descanso en las manos del Santo Cristo, junto con vuestra cercanía es lo que nos conforta en la presente situación dolorosa.

           En nombre de todos mis hermanos y de toda mi familia, nuestro más sincero agradecimiento con el deseo de sentirnos aún más cercanos y que siempre, sobre todo en los momentos de dificultad podamos contar los unos con los otros".

         Como nos dice muchas veces nuestro párroco en tantos entierros, lo difícil que es expresar los sentimientos en unas ocasiones pues habla más el corazón que las palabras y éstas apenas si se pueden comunicar sin ser sorprendidas por las lágrimas. En recuerdo de mi madre, yo seguiré pidiendo por toda Espera al Santo Cristo y os puedo decir que me siento tan privilegiada al tenerlo como Patrón que, para mi el año comienza en Septiembre y no en Enero como todo el mundo y, con la subida del Santo Cristo al Castillo también llega mi fin de Año para esperar el próximo Septiembre.

Dolores Hervás Zarcos

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