UN MILAGRO EN INVIERNO
¡Cayendo de las alturas!
impactando contra el suelo.
Su pequeño, cuerpecito,
¡Ay, madre, que desconsuelo!
que su quejío profundo
te llego desde lo lejos.
Santo Cristo de la Antigua
cómo he de agradecértelo,
que mi hijo esté con vida,
gracias a esa fuerza divina
que reemplazó mis lamentos
aquella mañana fría,
aquella mañana de invierno.
Su corazoncito acelerado
se refugia entre mi cuerpo;
han transcurrido dos años,
ya cuenta con tres inviernos
y cuando te tiene enfrente
vidrian sus ojillos pequeños,
esos que un día lloraban
con su dolorido cuerpo,
esos que miran hacia arriba
cuando voy entrando en el pueblo
reiterando sus pequeños labios
¡Mamá, que yo quiero verlo!
¡Mamá, llévame al Castillo;
que sus puertas se han abierto!
Ana Piñero Ortega
5/11/2004
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@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2006 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA