Abolición de nombres de pila republicanos

Una de las facetas menos divulgadas sobre la represión ejercida por el franquismo contra el republicanismo español se refiere a la anulación de algunos nombres de pila puestos a niños nacidos durante la II República que tuvieron connotaciones simbólicas relacionadas con el régimen nacido el 14 de abril de 1931. En Espera se dieron varios casos de éstos, en los que se obligó a los progenitores a desechar tales denominaciones que habían sido reconocidas en el Registro Civil del municipio.

Durante el período republicano tres niñas espereñas fueron inscritas con tres nombres simbólicos representativos de las ideas avanzadas de la época: Pasionaria, Hildegart y Democracia[1]. Cuando la sublevación contra la República venció, una orden ministerial de la administración franquista instó, apenas unas semanas antes del fin de la guerra civil, a que se suprimieran de los registros los nombres de pila alusivos a causas progresistas y su sustitución por los del santoral católico.

Fue uno de los concejales electos en los comicios locales del 12 de abril de 1931 por la candidatura republicana que encabezó Curro Garrido, Manuel Moreno Miranda[2], quien inauguró en Espera esta práctica, que se hizo muy extendida entonces en todo el país, de llamar a su descendencia con un apelativo simbólico. El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento espereño, de filiación socialista, acordó con su esposa, Luisa Ferrete Romano, “bautizar” civilmente a su hija, nacida el 19 de noviembre de 1933, con el nombre de Hildegart, el mismo con el que fue conocida la periodista y abogada madrileña Carmen Rodríguez, precoz intelectual, abanderada de la liberación sexual de la mujer y muerta trágicamente a la edad de 18 años. Hildegart, cuyo significado es “jardín de la sabiduría”, había sido educada por su madre, Aurora Rodríguez, para ser una dirigente de la revolución social. Fue una joven que adquirió un gran prestigio internacional en muy corto tiempo por sus teorías sobre el amor y la sexualidad, y fue cofundadora, con el doctor Gregorio Marañón, de la Liga Española para la Reforma Sexual. Su enigmático fin -asesinada por su propia progenitora el 9 de junio de 1933- hizo que su figura entrara en la leyenda y fuera convertida en un símbolo del republicanismo[3].

Dos años después, Diego Lugo Campón y Catalina Sánchez Rodríguez inscribieron a su hija, nacida el 17 de julio de 1935, con el nombre de Democracia, toda una declaración en favor de la idea, recogida en la Constitución republicana, de que la soberanía procede del pueblo, y de que el régimen político de entonces se basaba en el poder que ejercía el mismo pueblo.

Por último, en pleno período del Frente Popular, el 16 de abril de 1936, José Duque Rivera y Dolores Cano Garrucho pusieron a su hija un nombre de flor, Pasionaria, con el que era conocida la diputada comunista Dolores Ibárruri[4].

Casi tres años después de este último “bautizo civil”, a pocos días de la derrota definitiva de la República en la guerra, una orden del Ministerio de Justicia fechada el 9 de febrero de 1939 y a aparecida en el Boletín Oficial del Estado el día 23 declaraba la “ilegalidad de los nombres exóticos y extravagantes” que aparecieran en los registros civiles[5]. El Juzgado de Espera inició los trámites para anular dichos nombres el 22 de marzo de 1939. En estos procedimientos, las progenitoras fueron obligadas a reconocer que habían impuesto estas denominaciones en contra de su voluntad y por la presión de sus respectivos maridos. La trágica circunstancia de estas comparecencias judiciales era que los padres de las niñas que habían adoptado apelaciones simbólicas se encontraban oficialmente “en paradero desconocido” desde el triunfo de la sublevación militar contra la República[6]. Dolores Cano y Catalina Sánchez comparecieron en el mismo Juzgado de Espera, mientras que Luisa Ferrete Romano prestó su testimonio por escrito desde Alcalá de Guadaira, en cuyo sanatorio de la Sagrada Familia residía entonces. En sus declaraciones, que seguían un modelo a modo de formulario, desechaban los nombres con que sus hijas fueron inscritas en el Registro Civil y solicitaban su sustitución por denominaciones del santoral: Asunción en vez de Pasionaria, Francisca en vez de Hildegart e Isabel en vez de Democracia. Se consumaba así una nueva pérdida de identidad cargada de simbolismo con que fue humillada la población derrotada por la insurrección contra la legalidad republicana.

[1] Archivo del Juzgado Municipal de Espera, Documentos Varios, 1939.

[2] Manuel Moreno Miranda además de haber sido concejal electo en 1931, ocupó interinamente el despacho de la Alcaldía de mayo a diciembre de 1933. Sobre la participación política de Manuel Moreno Miranda en el Ayuntamiento, véase Archivo Municipal de Espera, Acatas Capitulares, 1931-1933, y Sígler Silvera, Fernando: La reforma agraria en Espera. Francisco Garrido, pionero de los asentamientos campesinos de la II República en Andalucía. Madrid, Tréveris, 2000, págs. 54-55

[3] María Lameiras Fernández: “Hidelgart”, en Documentos del Grupo de Investigación de la Universidad de Vigo; Cal, R.: A mi no me doblega nadie, Aurora Rodríguez: Su vida y su obra (Hildegart). Ediciós do Castro, A Coruña, 1991; Hidelgart: El problema sexual tratado por una mujer española. Madrid, Ediciones Morata, 1971.

[4] Ibárruri, Dolores (Pasionaria): El único camino. París, Editions Sociales, 1962.

[5] BOE, nº 54, 23/2/1939, pág. 1.050.

[6] Tras el triunfo de la sublevación militar contra la República, Manuel Moreno Miranda fue asesinado.

Volver a Fiestas del Santo Cristo Volver a Índice de Artículos

REVISTA DEL CRISTO 2006

Volver a Fiestas del Santo Cristo Volver a Índice de Artículos