A mi hijo Jónathan
Está cayendo la noche y tus ojitos color canela cierras, aunque no quisieras; duérmete, niño mío, que te miran las estrellas y la luna, desde el cielo, una nana te cantará.
Estando en tu cunita durmiendo y tapado con la sábana, un ángel del cielo pareces, que de una nube cayera. De mirarte, no me canso y de orgullo me llenas, ¡ay, mi niño de mi alma, cuánto quisiera decirte lo que siento y que tú me comprendieras!
Sueña, corazón mío, que tus sueños yo velo y, si tú te desvelaras, yo te daría un beso.
Nunca llegué a pensar que esto por ti sintiera: amor, cariño, orgullo: sentimientos que te doy y siento sin ninguna pereza. Cuando me llamas con tu voz, que yo reconociera aunque no esté cerca de ti, seguro que yo me enteraría al oírle decir, “ía” “ía” mami que vuelco el corazón me diera.
Empieza a rayar el alba y a despuntar la mañana; abre tus ojillos de nuevo y a decir otra vez mama; otro día empieza de nuevo y otro día a Dios doy gracias por tener conmigo, a mi vera, el sol que me alumbra, el aire que respirara, el agua que yo bebiese y a mi vida “MI HIJO JONATHAN”
Con todo mi cariño, tu madre:
María Dolores Piñero.
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@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2006 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA