UN CRISTO CASTIGADO
Me mandaste a perdonar
Y el ofendido fui yo:
Ahora me mandas a arrestar
Y tú fuiste el traidor.
Condenaste a aquellos hombres
Que a mis pies se arrodillaron
Y me cogieron a hombros
Y al castillo me llevaron;
Me metieron para dentro
Y, al salir, los condenaros:
Los metiste en la cárcel,
¡Qué poco tiempo duraron!
Yo nunca pude matar,
Pues no levanté una mano;
Porque tú todo lo hiciste,
Por no ser un buen cristiano;
Me dejaron en el castillo
Y estuve un tiempo arrestado;
Lo que hicieron los hombres
Bien carito lo he pagado;
Ni me diste una misa,
Ni a la iglesia me bajaron.
Hasta que llegó aquel día
Que la Iglesia perfumaron;
Ya me quitan el arresto
Y a la iglesia me bajaron;
Porque yo no hice nada;
Yo tengo limpias las manos.
Rosario Ibáñez
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@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2006 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA