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REVISTA DEL CRISTO 2005

La Solera de Espera: un bosque-isla

 

LA SOLERA DE ESPERA

UN BOSQUE ISLA

 

 

Transcurría el mes de febrero de 2002 cuando se celebraron las primeras jornadas convocadas por la Sociedad Gaditana de Historia Natural.

Nos dimos cita en un centro de enseñanza de Sanlúcar de Barrameda un nutrido número de personas, vinculadas o no profesionalmente con el medio natural, pero con una pasión compartida; la Biodiversidad y su preservación.

 

Durante tres días tuvieron lugar ponencias de toda índole, abarcando un amplio abanico de temas como por ejemplo la situación crítica del Alimoche, como la de determinados coleópteros que subsisten en los excrementos.

Otra ponencia versó sobre el Fartet, un pececillo que está en peligro de extinción y que ya en mi infancia los veía a decenas en la finca de La Jabaluna (aproximadamente entre El Madrigal y La Zorrilla). Hoy en día por desgracia no logro localizarlos en todo el término municipal de Espera.

En cuanto a lo que a botánica se refiere hubo dos conferencias de mucho provecho. Una de ellas recuerdo que versaba sobre Novedades Florísticas y Micológicas de la zona oriental y otra más, que es la que nos compete, sobre los “Bosques Isla de la provincia de Cádiz”. Bajo esta singular denominación, se quiere hacer síntesis de lo que vienen a ser unos núcleos representativos de lo que fueron antiguos bosques autóctonos del pasado y que a consecuencia de una explotación agrícola de la tierra que las circunda, ha limitado estos espacios, que han quedado como auténticos bosques relictos, de lo que en un pasado formaban grandes masas vegetales. Esta ponencia fue realizada por personal adscrito a la facultad de Biología y Farmacia de la Universidad de Sevilla.

 

Tras la exposición de los diversos temas se llegó al apartado de “ruegos y preguntas”. De entre los más de 250 asistentes que nos encontrábamos en el centro, se levantó alguien del público para felicitar a la ponente sobre Los Bosques Isla y de paso hacer un breve comentario. La persona que se incorporó en la interpelación era Juan Clavero, presidente de Ecologistas en Acción y dijo lo siguiente:

 

 “Parece mentira que con vuestra conferencia nos hallamos enterado como conclusión entre otras cosas, que en el pueblo más desértico de la provincia de Cádiz, que es Espera, se conserven prodigiosamente aún dos Bosques Isla y la importancia que tiene preservar estos enclaves”.

 

Confieso hasta ese instante mi ignorancia en el tema, como quizás la mayoría de los presentes.

Hasta hoy han sido declarados en el término de Espera como tales, La Dehesilla y el Arroyo del Azadén. Pocos núcleos en número comparándonos al resto de municipios de la provincia, pero de un innegable interés medioambiental.

 

Desde aquel mismo momento se me vino a la cabeza que “la gran olvidada” es  sin ningún género de dudas, el Arroyo de La Solera. En este paraje convergen valores de biodiversidad, paisajísticos y estratégicos que por sí solo lo hacen merecedor de estar incluido en esa figura de protección que es la de Bosque Isla.

 

La Solera se ubica próxima a la carretera Espera – Bornos. Durante las estaciones húmedas es sencillamente impresionante, provocando pura delectación observar sus saltos de agua en terrazas superpuestas, en un paisaje de semiumbría donde se dan cobijo una exuberante flora ripícola, enaltecida por la presencia de acantos de gran porte, junto con álamos y recios olmos.

Todo un universo de aves, insectos, mamíferos y batracios de la más distinta ralea se dan cita en este bunker vegetal, ajenos al mundo que los circunda y donde resuenan los ecos de otras épocas donde el espereño de tiempos pretéritos encontraba solaz y sabiduría en lo que aún en día sigue siendo una auténtica universidad a cielo abierto.

 

Estando sumergidos en lo que representa el bosque de galería del Arroyo de la Solera (que acertadamente filmara una ventosa mañana de abril de 2003 mi hermano Fernando), parece uno abstraerse de la realidad y no pensar que nos hallamos, según las estadísticas, en el pueblo más desértico de la provincia de Cádiz. Es cierto que también es debido a que la mayor parte de nuestro suelo es capa arable.

 

Deberíamos poner en valor este singular enclave y hacer notar  a las autoridades pertinentes en materia medioambiental, de la existencia de La Solera, que ya de por sí es una gran desconocida para los propios espereños.

A título personal me he movido individualmente en determinados círculos ( II Jornadas de la Sociedad Gaditana de Historia Natural en Grazalema, Zoobotánico de Jerez, Biólogos, Sociedades Protectoras, etc.), pero hasta ahora no he recibido respuesta satisfactoria. Hay que seguir  apuntando alto, para eso está el cielo.

El poder incluirla en el catálogo de Bosques Isla de la provincia de Cádiz supondría en un futuro, un trampolín hacia una nueva y próxima figura de protección de más calado, ya con todas las garantías de conservación de este bello paraje natural.

  

Patrimonio Natural de todos los espereños.

  

Cristóbal Garrido Jiménez

           

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@ Antonio Durán Azcárate. 2001  - 2006  Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA