A MI ABUELO
Allá por los años treinta
Cuando la guerra en España,
Hubo madres que les arrancaron
Los hijos de sus entrañas.
De los fusiles, en las puertas, se escuchaban las culatas
Sobre aquellas malditas manos
Que se atrevían a empuñarlas
A quien no era de sus ideales
A quien no era de su calaña.
¡Maldito sea ese día, malditas sus consecuencias!
Fernando, ven con nosotros sin oponer resistencia,
Coge la chaqueta que pronto
Estarás aquí de vuelta.
Ana, que estaba en cinta,
Con sus hijas se consuela;
Se le grabó a fuego vivo
Ese que el corazón te quema.
Ay Santo Cristo de la Antigua,
Dime qué voy a hacer.
Que se me queda este niño huérfano antes de verlo nacer.
Ana se acerca algunas noches con sus hijos a la era,
Cree escuchar a Fernando diciendo que cuide la huerta.
Ésa que crió a sus hijos
Con necesidad alegrías y penas;
Ésa que el destino marcó a Ana con sus huellas.
Que Dios perdone algún día a los que llamaron a mi puerta,
Que Fernando está con Dios, que él me lo dijo en la era.
La tierra que lo enterró se amamantó con sus penas
Y en el cementerio hay pergamino
Donde su nombre se halla,
Donde nunca golpearán aquellas malditas culatas.
Ana Piñero Ortega
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@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2006 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA