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REVISTA DEL CRISTO 2004

Al pueblo de Espera

 

 

AL PUEBLO DE  ESPERA

 

           Te has dado cuenta del sentido físico; que sin querer se le da  a la palabra “pueblo” Cuando uno dice que este es precisamente el suyo; de lo que tu mismo dices de ESPERA que es tu pueblo, no indica ni mucho menos una coincidencia como por ejemplo, de la habitación que estuvieras ocupando en el hotel de una ciudad extraña; que era tu habitación; sino que dices que es una pertenencia, directamente relacionada con tu persona.

        Es que efectivamente, ESPERA, tu pueblo es tuyo. Quiero decir, que te pertenece, que es la tierra, su historia y su cultura, patrimonio de tu ser de hombre, en cuya virtud ESPERA te pertenece, es en realidad es un nosotros y nuestro pueblo, una atribución comunitaria de todos los espereños, ni exclusivos ni excluyentes con respecto a ninguno de ellos.

        Ahora vamos a fijarnos provisionalmente en el tu y en lo tuyo; en aquellos en que tu, ESPERA te pertenece tanto que no es menos que parte de tu mismo cuerpo y espíritu.

        Mírate a ti mismo al trozo de tu pueblo que tú eres. ¿No ves como tienes, desde antes de nacer, tendida ya la raíz familiar de tu persona en esta tierra?

        Es la vieja raíz enterrada en siglos de vida espereña, de generaciones de antepasados tuyos de hombres y mujeres que llevaron tus apellidos y hasta el mismo nombre y cuyos huesos se han hecho ya polvo y tierra de ESPERA bajo los cipreses de los cementerios olvidados.

        ¿No ves luego como la raíz viviente de tu propia sangre ha brotado como un manantial de esa misma tierra que ha sido para ti el barro enamorado de tus padres?

        Y  no solo eso, mira como la tierra de ESPERA, su geografía, su paisaje, su clima…

        Todo eso se llama el medio natural en el que tu vida ha brotado y crece, dando forma en cierto modo a tus rasgos físicos, a tu textura corporal color de tu piel, de tu pelo o de tus ojos.

        Porque hay dentro una cierta fisonomía de espereño, como la hay de Bornos, Villamartín, Arcos, etc…

        De manera que ser espereño/a tiene el punto de arranque en el patrimonio, natural y espiritual de ESPERA, lo que ha ido formando esa base en las personas; no solo el pueblo o el lugar del nacimiento ni tampoco la limitada comarca o región ha que pertenece.

        La sustancia del pueblo recorre, como la sangre en el cuerpo, todos los caminos, todas las tierras y almas de ESPERA,…

        La cual esta en el extremo sur de España, más abajo del Despeñaperros en un pequeño rincón de Cádiz.

        Y aún, junto con los otros espereños/as que cada día hablan, ríen, juegan, trabajan, piensan, aman, y sufren sobre la misma tierra dura y bajo el mismo cielo, somos los participantes en una misma empresa. Por todas estas razones decía que ESPERA es patrimonio nuestro.

        Y tanto nos pertenece que cuando estamos fuera, te falta el apoyo, por eso el emigrar es una pena que desmorona profundamente a quien sufre su castigo, es una parte de expropiación.

        Viajar por el mundo, es además una delicia es una necesidad, cuya satisfacción es el pensar en volver al pueblo, el consuelo que conforta u ayuda a vivir al que esta lejos de el, la nostalgia del pueblo, la tierra que le espera lejos y que (vuelve a darle vida) tiernamente soñado con su recuerdo.

 

DEDICADO A MI FAMILIA Y A TODOS LOS ESPEREÑOS/AS

EUGENIO BAUTISTA MANCHEÑO

DESDE BARCELONA UN SALUDO PARA TODOS

      

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@ Antonio Durán Azcárate. 2001  - 2006  Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA