HOMENAJE A LOS MUERTOS DE SEPTIEMBRE DE 1936
Espera pueblo de jornaleros y labradores,
luchadores de ideales y libertad.
Cristianos de fe y fervor por su Santo Cristo
Engañado vilmente y traicionado.
Pusieron su libertad en manos de la fe,
costaleros doloridos.
Bajaron al Santo Cristo majestuoso buscando la libertad,
qué desengaño tan grande. La fe los condenó.
Quedó el Cristo enmudecido, aterrorizado de dolor,
al ver que sus hijos no volvieron y en la Ermita
preso quedó, por la sangre derramada de sus fieles
desgarrado se quedó.
Madres desesperadas, mujeres y novias doloridas,
enloquecidas de dolor. El pueblo ensangrentado quedó.
No hay tumbas donde llorarle ni donde ponerle una flor.
No se sabe en que camino quedaron los cuerpos inertes
de los valientes soñadores. El pueblo quedó de luto,
impotente, atado de pies y manos sin poder gritar.
Ya no se ponen flores las mocitas en el pelo,
un velo de dolor las cubre.
Un velo de lágrimas, de pasiones truncadas y desconsuelo por los hombres
que se llevaron con engaño y traición.
Que Dios perdone a los verdugos que el pueblo ya perdonó.
Olvidar no se olvida nunca, pero ya no queda rencor.
Agustina Garrido Flores
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@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2006 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA