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REVISTA DEL CRISTO 2002

EL BASTON (  y 2 )

Capítulo 3º “Nombre y uso de los palos”

         Ahora vamos a citar los nombres de los distintos palos usados en nuestra tierra, sobre todo en nuestra ganadera sierra gaditana, según su forma, tamaño y uso.

         Así, tenemos: el porro, el cachiporro, la chivata, el chivato, el manerillo, el gaznacho, la jaquita y el bastón.

El porro

         Sus medidas aproximadas son: 1.20 metros de longitud, por 30 milímetros de diámetro. era usado principalmente por los vaqueros de a pié, junto con la honda vaquera.

El cachiporro

         Es el más tosco de la familia de los palos. es igual en uso y medidas al porro, pero a diferencia de este, añade cachiporra. el tamaño de esta última solía ser motivo de orgullo para su dueño.

La chivata

         Este palo es más largo y delgado que el porro. sus medidas aproximadas son de 1.70 metros de altura, por entre 15-20 milímetros de diámetros. su uso es más común que el del porro, ya que lo usaban: los porqueros, como complemento del látigo; los pastores, los muleros y yegüerizos. estos últimos solían añadirle un látigo muy fino en la punta superior, con lo que hacía una doble función.

         Era también la chivata el palo más usado como “arma troglodita” para cazar conejos encamados, usándose tanto a pié como a caballo. en ambos casos el más importante era el usuario del palo; ya que si bien una mayoría no cazábamos una rata, si los había con la habilidad de ver un conejo o incluso liebres encamados a no sé cuantos metros. después de vista la presa, seguía caminando al mismo paso en dirección al animal, pero haciéndole creer que pasarían a cierta distancia de ellos, por lo que al llegar a su altura sin detenerse un instante, ¡zas! garrotazo y “tente tieso”. para lo cual la chivata se llevaba sobre el hombro derecho.

         Esto, dicho así, en teoría parece fácil, pero como dije antes, eran pocos los especialistas que tenía éxito en este modelo de caza “garrotil”, ya que la mayoría no veía al “lepório” encamado hasta que este no saltaba ante sus propios ojos. otros, después de verlos y caminar hacia ellos conseguía llegar a su altura, pero en el momento de “arrearla el garrotazo” vacilaban un segundo tratando de no fallar el golpe. en ese instante, el mamífero “lagomorfo” y “prolifico” bichejo saltaba como un corzo casi asustando al indeciso cazador y poniendo tierra de por medio. en cambio el especialista lo hacía todo tan natural, que casi nunca fallaba.

         Por lo relatado hasta ahora hemos visto dos formas de llevar la chivata: primero, en vertical como punto de apoyo; segundo, sobre el hombro como arma de caza.

         Veamos ahora la tercera y última forma, que consiste en llevarla en posición horizontal tanto a pié como a caballo. en este último caso, el jinete se levanta un poco sobre los estribos y se la pone debajo de esa parte donde la espalda pierde su casto nombre, quedando en jinete sentado sobre ella. esta forma, que podemos llamar “en reposo”, tiene el inconveniente de que no puede usarse si el jinete camina por veredas estrechas o matorrales, ya que tropiezan las puntas de la chivata sobre las plantas.

         Cuando “ el chivatero” es de a pié, su forma horizontal o de reposo, consiste en poner el palo sobre los hombros en paralelos con la clavícula y pasar ambos brazos por encima de este, de forma que descansan sobre el propio palo, dando la figura de un crucificado (sobre todo en la sombra cuando esta es alargada). esto suele ocurrir a la caída y puesta del sol, cuando los ganaderos caminan cantando bajito con paso cansino detrás de su manada, atajo o piara, camino del redil...  con este canto sin definir, si alegre o triste, entre sátiro y picarón. recordemos aquella coplilla relacionada con el porro que decía:

“la otra tarde maté una zorra

y ustedes dirán que como,

con una porra muy gorda

le dí una porrá en el lomo”

El chivato

         Es igual en todo a la chivata sólo que un poco más grueso, por lo que adopta un nombre masculino.

( Miguel Rodríguez Ardila )

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