HERMANDAD DEL SANTO CRISTO DE LA ANTIGUA Y NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ

      Esta Hermandad, por ser la del patrón, es la más numerosa en cuanto a hermanos afiliados, ya que sobrepasa los 500; sus santos Titulares los son el Santo Cristo de la Antigua y Nuestra señora de la paz, ambos en la Ermita del Castillo y sólo bajan al pueblo en sus fiestas del segundo domingo de septiembre.

     El Libro de Cabildos, de donde están entresacados todos los datos y referencias que ponemos a continuación, data de 1.673, y lo titulan del “Santo Cristo del Castillo y Ntra. Sra. de la Paz, nuestros patronos y abogados”. El título que le dan a la cofradía es el de “Muy Insigne”. Al parecer tenía otros libros más, como uno de cuentas, otro donde se asientan los hermanos, y un libro de las Reglas; hasta nosotros sólo ha llegado el libro de Cabildos (Antonio Durán publicó algunas partes del Libro de la Fundación y Reglas de la hermandad en esta revista en el año 1.997). Pero sin embargo, la Cofradía debió tener sus comienzos mucho antes ya uqe en 1.628 al mayordomo Cristóbal Moreno de Algarín se le rebajan 34 reales y medio de vellón por ciertas diligencias y demandas que se pusieron contra Francisco Barrera para lo cual el tal Moreno Algarín fue diputado por la Hermandad: En 1.629 aparece como capellán del Castillo D. Marcos Parra. Probablemente la Cofradía estaría instituida en el Castillo desde que estaba allí la imagen del Santo Cristo, es decir, de mucho antes de haber parroquia nueva en el pueblo. En 1.644 consta en los libros de colecturía que dicen misa en el Castillo por intención de devotos del Puerto, Jerez, Las cabezas, Arcos...; en 1.666 D. Miguel Romero Hermoso, Pbro. Comisario del Santo Oficio hace testamento abierto y declara que quiere fundar una memoria de mil misas rezadas ante el santo Cristo del castillo, porque es muy milagroso; que antes no lo ha hecho porque lleva seis años seguidos con muy mala sementera y no tenía caudal. En 1.673 celebran una reunión en la Ermita del Castillo para tratar las fiestas de aquel año. En aquel entonces a la Cofradía se le reconocen algunas propiedades como casas y tierras: en los Majuelos, Buenanao, tiene solares en la calle Alcubilla, tierras en la Coronilla. En 1.674 acuerdan que las fiestas del Santo Cristo se celebren el domingo más próximo a la Natividad de la Virgen, que es el 8 de septiembre; en esa misma fecha, entre otras cosas acuerdan reservar doce fanegas de trigo para la siembra que hace anualmente la Cofradía. Son 24 los hermanos y a la muerte de alguno se reunían para estudiar la admisión o solicitud de otros. Bien recordamos que ese es el númeroque también tenían las otras Cofradías de la Parroquia. En 1676 se habla de que al santo Cristo se le hace un novenario, y acuerdan que Juan de escobar, maestro dorador que se encuentra en esta villa, dore la urna del Sto. Cristo; costó 800 reales. En 1.679 acuerdan que la fiesta del cristo se celebre el domingo después de la Natividad de la Virgen. En 1.680 acuerda la Cofradía, entre otras cosas, “que por cuanto se ha tenido noticias se vende un pedazo de tierra en el ruedo del lugar y ser bueno, que se compre para dicha Cofradía” y para su ajuste se nombraron al Sr. Cura y a Francisco garcía Monje, hermano mayor,” y ajustada que sea, esta Cofradía y sus hermanos mandan al mayordomo que es o fuere, pague su precio y valor en fuere ajustado y que pida al dicho vendedor haga escritura para su resguardo”. Sin duda alguna, esta Cofradía quería llevar las cosas como Dios manda, y la rigidez en sus Reglas no es de extrañar. En 1.680 sancionan a dos hermanos por no haber asistido a la procesión el día de la fiesta del Sto. Cristo, excluyéndolos de la Hermandad.

     En 1.693 el visitador General del Arzobispado ordena lo siguiente: “Por cuanto el santero de la ermita del sto. Cristo del castillo de esta villa vive en un cuarto que está dentro de la sacristía de dicha Ermita y no tiene puerta al campo por donde servirse él y toda su familia, sino la puerta de la iglesia, siendo preciso el que por ella y salgan para todo lo necesario, y que la dicha Ermita esté abierta todo el día y parte de la noche y asimismo su merced ha tenido noticias por personas fidedignas que lo han visto que dentro de la iglesia de dicha ermita estaban unos zapateros remendando zapatos y que se hacen otras cosas contrarias a la veneración que se debe a la iglesia, todo lo cual es muy indecente y de gran irreverencia y desacato a la Divina Majestad, por ser su templo y un Santuario de tanta devoción en esta villa y de todas las ciudades, villas y lugares del contorno y es digno de que se le ponga remedio; para lo cual su merced mandó en virtud de santa obediencia y pena de excomunión mayor y de veinte ducados a Francisco Gutiérrez, santero, que al presente es de dicha Ermita que dentro de un mes que se contará desde el día de la publicación y notificación de este mandato, haga abrir y poner puerta en el dicho cuarto que salga al campo para servirse él y su familia y sin que por dicha iglesia se sirvan de cosa alguna para el servicio de su casa y personas. Y asimismo no  convierta ni permita que en la dicha iglesia se hagan cosas indecentes como las referidas, ni se coma, ni se beba ni haya juegos ni bailes. Y lo cumpla así con apercibimiento que haciendo lo contrario se procederá contra el susodicho a sacarle la dicha multa y a todo lo demás  que hubiere derecho. Y so las dichas censuras mandó su merced a los curas de la iglesia de esta villa cuiden y celen de cumplir lo convenido en este mandato, y caso que cumplido el mes que queda de término, no haya hecho el santero la puerta, proceda cualquiera de dicho curo contra el susodicho y le saquen los veinte ducados de multa y manden hacer dicha puerta y ponerla como queda mandado y si costare más harán que la pague el susodicho, que para todo lo referido y lo a ello anejo y dependiente su merced dijo que les daba y dio a cada uno de por sí comisión en bastante forma con facultad de ligar y absolver. Al año siguiente mandaron por los músicos a Morón; fueron arrieros por ellos y no vino más que uno, Agustín Cortés, a quien le dieron 50 reales de vellón y predicó en la fiesta Fray Francisco Cano de S. Jerónimo de la Orden de San Diego y natural de esta villa. No se le dio cosa alguna porque hizo gracia de la limosna del sermón por ser patricio. Los derechos parroquiales en las fiestas del Santo Cristo los pagaba la misma Hermandad. Durante el año sembraban tierras de renta y casi todo el trigo que cogían lo vendían después para convertirlo en dinero y así pagaban la cera, la música, el predicador, los fuegos, etc. El cargo más importante era el de mayordomo que anualmente era elegido por Cabildo general.

     Adosada a un lateral del castillo se encuentra la ermita del santo Cristo de la Antigua. Sin duda alguna, era la capilla de la fortaleza y fue la primitiva parroquia del pueblo bajo la advocación de Santiago. En su interior se encuentra la imagen del Santo Cristo de la antigua, haciendo alusión a la primitiva iglesia que tuvo el pueblo, la del Castillo. Dicen que se encontraron la imagen en una cueva; otros que en uno de los aljibes que tiene el Castillo. Su talla es pequeña, de una rigidez casi románica, de mucha antigüedad en color y hechura, que hace unos seis años fue completamente restaurado. Se halla en una preciosa urna barroca. Benedicto XIV concedió indulgencias a los que visitasen al Cristo en su Ermita del castillo- claro exponente de la devoción de toda esta comarca hacia el Patrón de Espera. Sus fiestas de septiembre son verdaderamente inigualables en toda la comarca. La subida a la Ermita en un típico zig-zag, fue completamente arreglado el verano pasado con el esfuerzo y ayuda de todos los espereños. Dentro de la Ermita se conservan los restos del mártir romano San Prudencio, que fueron donados en 1.752 por el Marqués de Bondad Real, hgijo del pueblo, cuando era embajador de Parma (Italia). También se conserva un cuadro del apóstol Santiago de Mateo Pérez de Alesio, discípulo de Miguel Ángel, de 1.547. Otro altar con la imagen nueva de Ntra. Sra. de la Paz, patrona con el Santo Cristo, talla que fue comprada por suscripción popular. Se conservan también otros cuadros de menor importancia y muchos ex-votos que le han ofrecido al Santo Cristo. Entrando en el recinto de las ruinas del Castillo, os encontraréis con indicios de galerías subterráneas, dinteles de puertas, etc. Un aljibe bastante hondo en el primero cuerpo del Castillo y otra seca en el interior de la Torre del Homenaje. Esta torre es lo más enterizo que se conserva y sin embargo también amenaza ruina, ya que el refuerzo que se le ha hecho ha sidop poco. Pero a pesar de todo, continúa vigilante y alerta, embelleciendo el Castillo.