CAMINO DEL CASTILLO
Con devoción hacia el Santo Cristo y admiración a D. Juan Candil.
Con la voluntad de un pueblo
Se pueden vencer montañas
Si hay un líder que lo guíe
Con el corazón y el alma.
Camino hacia el Castillo,
Camino de piedra y tierra,
Tenia que andar el Cristo
Para visitar su Iglesia,
A sus hijos y a sus fieles.
Bajar un camino de espinas
Que merecía de laureles.
Pero su voluntad quiso
Tener un camino de flores
Que lo pudieran subir
Los niños y los mayores.
Y nos mando su mensaje
Con un hombre ilusionado
Mitad humano, mitad Ángel.
Dice la Sagrada Biblia
Que Dios mando a Moisés
Para guiar a su pueblo
Desde Egipto hasta Israel.
Y puestos a comparar
Aquí envió el Santo Cristo
A uno que se llama Juan.
Un hombre que amó a su pueblo
Con la mas tierna locura.
Y un pueblo que lo da todo
Por su Cristo y por su Cura
Unos que podían algo,
Otros de menos poder,
Pero entre todos pusieron
La voluntad y la fe.
Y así empezó la odisea,
La extravagante aventura
Que luego el tiempo enseñó
Que no es la roca tan dura
Si hay sacrificio y amor.
Ya por la curva primera
Los fondos se terminaron
Fondos que nunca existieron.
Solo le queda a Don Juan
La voluntad de su pueblo.
La voluntad de su pueblo
Y sus brazos como ejemplo,
Quedándose de paisano,
Clavando el pico con furia
Como un minero de Asturias
Hasta hinchársele las manos.
Una estampa inolvidable
Formaban los monaguillos
Pidiendo con el cepillo
Que eran ángeles del Cielo .
Que ayudaban en la misa
Y acarreaban el cemento.
Hubo desfallecimientos,
Porque es lógico y humano,
Que el hombre aunque fuerte sea,
Tiene sus momentos bajos.
Entonces el Santo Cristo
Regaba con su mirada
Las duras rocas peladas
Y los guijarros del suelo.
Y a los corazones tristes
Les daba moral de acero.
Les daba moral y fuerza
Para pelear con furia
En su lucha con la tierra,
Ganándole la batalla
A la dura y fuerte sierra.
Y el Cristo vela contento,
Que los meses de verano,
Sin protesta y sin descanso
Con el sol de azote duro,
Con polvo y sudor mezclado,
Se levantaron los muros.
Se ponían las farolas,
Se plantaban arbolitos
Y alguien dijo satisfecho:
“Morirme me importa un pito
Si esto se queda hecho”.
Y las obras terminaron
Con sufrimiento y con gloria
Y Espera dejó marcada
Una página en la Historia
Que nunca será olvidada,
Que quedo escrita en la sierra
Con pico, martillo y pala.
Una página de oro
Para admiración de España,
Con un renglón en zig-zag,
Escrito sobre la montaña.
Hay repique de campanas,
Florecen las margaritas
y los jilgueritos cantan:
"Ya tiene Espera camino
Para subir a la ermita",
Y las alondras contestan
Poniendo aroma en su pico:
" Ya tiene Espera camino
Para bajar a su Cristo".
Que cuando llegue septiembre
y abra sus brazos Espera
Igual que una madre buena
Pueda abrazar a sus hijos
Que están regados por el mundo
Pero viene para el Cristo.
Con ilusión y cariño
A darse cita ferviente,
Hablando de mil recuerdos.
En las laderas pendientes
Mirando hacia el sol naciente.
Contemplamos, embelesados,
Esta bajada divina
Del Cristo crucificado
Y coronado de espinas,
Muerto por nuestros pecados.
La cuesta es un manantial
De oraciones y promesas
Que salen de las gargantas,
Agachadas las cabezas,
Unos pidiendo perdón
Y otros pidiéndole fuerzas.
Porque es tradición antigua,
Todos estrenamos algo,
Traje nuevo, una camisa,
Aunque sea una corbata.
Y un viejo dijo allí al lado
Que allá en el siglo pasado,
estreno unas alpargatas.
Sonreímos con malicia
Y nos dijo muy altanero,
Echando atrás el sombrero
Y levantando los brazos
Que no le había dado vergüenza
Porque Cristo iba descalzo.
Id despacio, costaleros,
Que aquí no se cuenta el tiempo,
que estamos sobre un camino
que acoge a los peregrinos
En sus brazos de cemento.
Que los que cumplan promesa
L1evando los pies descalzos.
Ya no se clavan las piedras
Cuando va siguiendo el paso.
A los que venido de lejos
Y preguntan admirados
Que cuanto esfuerzo ha costado
Cualquiera le ha contestado
Con humildad sin orgullo,
Diciendo, sencillamente:
"Se hizo lo que se pudo",
Y si alguien lo censura,
Que tampoco ha de faltar,
Que no lo piensen siquiera,
Que nos lo pueden manchar.
Se le dice, llanamente,
Sin enfadarse y sin ira,
Que no se ha puesto la alfombra
Para que pasen gorilas.
Que el camino es hijo nuestro
Y el animal no comprende
Que delante de sus padres
A los hijos no se ofende.
Que las nubes que van ligeras
Se detienen un momento
Y al viento que las empuja
Le dicen: ¡Estate quieto!
Le dicen:" ¡Estate quieto!
Que aquí hay sudor enterrado
De un pueblo bueno y honrado
Y eso merece respeto".
Que Espera parió el camino
En un parto de agonía,
Pero ya que está criado
El dolor es alegría.
Alegría y satisfacción
Que luego se vio empañada
Por una noticia helada
Que el destino nos mandó.
Su palabra misionera
Que se llevo a nuestro amigo
Para nuevos horizontes
Y sólo quedó el recuerdo
Grabado sobre este monte.
Santo Cristo de la Antigua,
Hijo de Dios verdadero,
Escucha nuestra plegaria
Pidiéndote con esmero
Que guíes siempre a este hombre
por tus divinos senderos.
Que donde quiera que vaya,
Predicando con su ejemplo,
Que tenga unos feligreses
Que lo escuchen el templo
Cuando llame a las conciencias
Que no lo piensen ni duden
Y lo sigan como en Espera.
Ofreciendo sus corazones,
Poniendo todo su empeño,
Y cuando empiece una obra
le sigan como espereños.
Miguel Rodríguez Ardila.1973
EPÍLOGO
Veinticinco años después,
Don Juan siguió otro camino.
Siguió un camino hacia arriba.
Sería un camino de luz,
Lo haría como peregrino
Buscando a Cristo sin cruz.
Que seguro lo encontró,
Le presentaría sus obras:
Bondad, trabajo y amor.
Don Juan Candil en el Cielo,
Una vez más, un favor:
Don Juan candil te pedimos
Que seas nuestro embajador.
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@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2007 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA