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Artículos de la Villa de Espera

Espera

 

HERMANDAD DEL SANTO CRISTO DE LA ANTIGUA.

Datos sacados de los distamos documentos y libros del Archivo Parroquia!, recopilados por D. Juan Candil.

La mayor parte de estos datos están sacados del Libro de Cabildos de 1.673. Lo titulan Hermandad del Santo Cristo del Castillo y Nª Sª de la Paz. La Cofradía tiene el tratamiento de "Muy Insigne".

La Hermandad tenía más Libros: uno de cuentas, otro donde se asentaban los hermanos y un Libro de Reglas (del que se publicó una parte el año anterior en un trabajo de A. Durán y la Asociación Cultural Nª Sª de la Soledad).

Pero antes de 1.673 son muchos los datos que se conservan, por lo que es de suponer que la fundación de la Hermandad fue muy anterior. (El restaurador de la imagen Espinosa de los Monteros pensaba que su escultor fue Roque Bolduque hacia 1.550). Sabemos que en 1.628 al Mayordomo Cristóbal Moreno de Algarín se le rebajan 34 reales y medio de vellón por ciertas diligencias y demandas que se pusieron contra Francisco Barrera, para lo cual el tal Moreno Algarín fue diputado por la Hermandad. En 1.629 aparece como capellán de la Ermita del Castillo D. Marcos Parra. En 1.644 consta en los libros de colecturía que dicen misas en el Castillo por deseos de devotos de El Puerto de Santa María, Jerez, Las Cabezas y Arcos. En 1.666 don Miguel Romero Hermoso, Presbítero Comisario del Santo Oficio hace testamento abierto y declara que quiere fundar una memoria de mil misas rezadas ante el Santo Cristo del Castillo, porque es muy milagroso, que antes no lo había hecho porque lleva seis años seguidos con muy mala sementera y no tenía caudal. En 1.673 celebraron reunión en la ermita del Castillo para tratar las fiestas de aquel año. Por entonces a la Hermandad se le reconocen algunas propiedades: tierras en Los Majuelos, Buenanao, La Coronilla, solares en la calle Alcubilla. En 1.674 acuerdan que las fiestas del Santo Cristo se celebren el domingo más próximo a la Natividad de la Virgen, que es el 8 de septiembre. En esa misma fecha, entre otras cosas acuerdan reservar doce fanegas de trigo para la siembra que hace anualmente la Cofradía. Son 24 los hermanos y a la muerte de alguno se reunían para estudiar la admisión o solicitud de otros. En 1.676 se halda de que al Santo Cristo se le hace un novenario y acuerdan que Juan de Escobar, maestro dorador que se encuentra en esta villa, dore la urna del Santo Cristo que costó 800 reales. En 1.679 acuerdan que las fiestas se celebren, de ahora en adelante, el domingo después de la Natividad de la Virgen.

En 1.680 acuerda la Hermandad, entre otras, "que por cuanto se ha tenido noticias se vende un pedazo de tierra en el Ruedo del Lugar y ser bueno, que se compre para dicha Cofradía que se nombren al Sr. Cura y a Francisco García Monje, hermano mayor, y, ajustada que sea, esta Cofradía y sus hermanas mandan al mayordomo que es o fuere, pague su precio y valor en que fuere ajustado y que pida al dicho vendedor haga escritura para su resguardo". En 1.680 sancionan a dos hermanos por no haber asistido a la procesión el día de la fiesta del Santo Cristo, excluyéndolos de la Hermandad.

En 1.693 el Visitador General del Arzobispado ordena lo siguiente: "Por cuanto el Santero de la Ermita del Santo Cristo del Castillo de esta villa vive en un cuarto que esta dentro de la Sacristía de dicha Ermita y no tiene puerta al campo por donde servirse él y toda su familia sino la puerta de la iglesia, siendo preciso el que por ella entren y salgan para todo lo necesario, y que la dicha Ermita está abierta todo el día y parte de la noche y asimismo su merced ha tenido noticias por personas fidedignas que lo han visto que dentro de la iglesia de dicha ermita estaban unos zapateros remendando zapatos y que se hacen otras cosas contrarias a la veneración que se debe a la iglesia, todo lo cual es muy indecente, Y de grande irreverencia y desacato a la Divina Majestad, por ser su templo y un santuario de tanta devoción en esta villa y de todas las ciudades, villas y lugares del contorno y es digno de que se le ponga remedio; para lo cual su merced mandó en virtud de santa obediencia y pena de excomunión mayor y de veinte ducados a Francisco Gutiérrez, santero que al presente es de dicha Ermita, que dentro de un  mes que se contará desde el día de la publicación y notificación de este mandato, haga abrir y poner puerta en el dicho cuarto que salga al campo para servirse el servicio de su casa y personas. Y asimismo no convierta ni permita que en la dicha iglesia se hagan cosas indecentes como las referidas, ni se coma ni beba, ni haya juegos y bailes. Y lo cumpla así con apercibimiento que, haciendo lo contrario se procederá contra el susodicho a sacarle la dicha multa y a lo demás que hubiere lugar en derecho. Y so las dichas censuras mandó su merced a los curas de la iglesia parroquia cuiden y celen de cumplir lo convenido en este mandato, y caso que cumplido el mes que queda de término, no haya hecho el santero la puerta, proceda cualquiera de dichos cara, contra el susodicho y le saque los veinte ducados de multa , y manden hacer dicha puerta, y ponerla como queda mandado y si costare más, harán que la pague el susodicho, que para todo lo referido y lo a ello ajeno y dependiente su merced dijo que les daba y dio a cada uno de por sí comisión en bastante forma con facultad de ligar y absolver". Al año siguiente (1.694) mandaron por los músicos a Morón. Fueron arrieros por ellos y no vino más que uno, Agustín Corté, a quien le dieron 50 reales de vellón. Predicó en las fiestas Fray Francisco Cano de San Jerónimo, de la Orden de San Diego, natural de esta villa. No se le dio cosa alguna porque hizo gracia de la limosna del sermón por ser patricio. Los derechos parroquiales en las fiestas del Santo Cristo los pagaba la misma Hermandad. Durante el año sembraban tierras de renta y casi todo el trigo que cogían lo vendían después para convertido en dinero y así pagaban la cera, la música, el predicador, los fuegos, etc.

El cargo más importante era el Mayordomo que anualmente era elegido en cabildo general.

En 1.710 se compró la urna según factura del maestro Gregorio Fernández, de Sevilla, por valor de 801 reales de vellón, incluido el transporte. Al año siguiente sembraron un pegujal y, una vez segado, se lo comieron estando en el rastrojo y no se supo quien. En cabildo de julio de 1.725 acuerdan lo siguiente: 1) Hacer una fiesta de moros y cristianos, y encargaron a varios hermanos de ello. 2) Hacer una fiesta de toros y diputaron en varios hermanos con plena facultad para que soliciten permiso y licencia de quien corresponda. 3) Que uno de los diputados de la Hermandad, en nombre de la misma, pida a la villa que por cuanto continuamente se están sacando cantos de la cantera del Castillo para forasteros que están dentro de la villa, han de pagar un tanto por cada barra de canto que se sacase para esta Cofradía. 4) Que si se hacía la fiesta de moros y cristianos, se había de poner un cepillo en el Castillo de los Moros en donde se fuere echando la limosna, y que el señor cura párroco más antiguo tuviera la llave para fiscalizar la entrada de las limosnas.

  Francisco Barrera debe en 1.728 a la Hermandad 750 reales y le suplica "por el amor de Dios" que transijan con él. Acuerdan que pague la mitad <le unas rentas de casas que posee. En 1.729 tiene un pleito esta Hermandad por unas viñas con su casa-lagar. El mayordomo da cuenta que han gastado 69 reales en abogado, procurador y bestias para llevarlos. En 1.731 el mayordomo da cuenta de que han recogido 510 reales de una comedia que se hizo, así como 117 reales de limosnas y otros 108 de una vaca que se vendió. Todo lo piensan dejar para la "caxa" o urna del santo Cristo.

         Llegan limosnas de Las Cabezas y Sevilla para lo mismo y doña Sebastiana Maldonado deja 200 reales de vellón en testamento también para la "caxa". En 1.733 da cuenta el mayordomo de los gastos que ha tenido la nueva urna: 750 reales de vellón por el dorado que hace Bernardo de Valdés, vecino de Jerez. 460 reales de dos cristales que pone José de Arnisas, farolero de Sevilla. 750 reales del labrado y pujado de la caja, hecho por Fernando Ponce, platero, vecino de esta villa, 64 reales de algunas piezas y tornillos de hierro. 609 reales en madera de cedro y ébano, viajes, portes y alquileres de bestias. 1.472 reales costaron 92 onzas de plata a precio de 16 reales a Fernando Ponce, y se advierte que aunque las onzas de plata que se gastaron en dicha urna fueron 122, se juntaron de limosnas 30 y entre ellas van incluidas 16 que dejaron las arañas que estaban en la capilla que con licencia del devoto que las dio y del cura más antiguo, se vendieron para dicho efecto. Por esta fecha (1.743) hablan por primera vez de bajar al Cristo al pueblo y dan norma acerca de cómo bajar la tarde anterior a su fiesta. El Visitador General del Arzobispado, don Juan Vecino Muñoz, oído que hay discordias entre los hermanos de la cofradía y el clero, con respecto al sitio que han de ocupar cada uno en la procesión cuando baja la imagen del Castillo al pueblo, decretó lo siguiente: "Orden para la procesión: 1) El Estandarte y los hermanos con luces. 2) La Cruz de la Parroquia. 3) El clero. 4) Las andas con la imagen. 5) El preste con el diácono. Y, porque puede suceder mediante las cuestas y pendientes que los hermanos que llevan las andas tropiecen o resbalen y por esto sea necesario que haya allí cerca cofrades que hagan reparos al vaivén que dieren las andas o que sea preciso de mudar a algunos de los que la llevan o a todos, podrán ir cerca de dichas andas a los dos lados de ellas cuatro o seis de dichos cofrades, pero en tal situación que no hagan cuerpo con el clero y mucho menos bajar detrás de él, introduciéndose delante de las andas, so pena de 20 ducados a cada uno de los que contravinieren". Sin embargo al año siguiente no puede bajar el Cristo "porque no tiene medios la Cofradía para atender los gastos".

En 1.752 llegan a la Ermita los restos del mártir romano San Prudencio, que fueron donados por el Marqués de Bondad Real. En 1.789 bajó el Cristo sobre marzo y estuvo una temporada en el pueblo porque había obras en la capilla. El 30 de noviembre del mismo año lo colocaron en "altar nuevo del Castillo". El 12 de septiembre de 1.813 se celebraron las fiestas con toda solemnidad. La tarde anterior se reconcilió su iglesia por la invasión francesa en dicha iglesia del Castillo, que había servido de cuartel general del destacamento asentado en Espera. La procesión fue para colocar al Señor en su capilla.

En 1.964 de nuevo vuelve a bajar en tiempo distinto al de las fiestas para clausurar las misiones que se celebraron en nuestro pueblo durante aquel año.

       El Papa Benedicto XIV concede indulgencias a los que visitasen al Cristo en su Ermita del castillo, claro exponente de la devoción de toda la comarca hacia el Patrón de Espera.

  

 

Índice de Artículos de la Revista 1998

 

 

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