RESTOS DE SAN PRUDENCIO, MÁRTIR.

        Sabemos que no todos los pueblos tiene el privilegio de conservar reliquias de Santos. El nuestro, sin embargo, sí lo tiene: conserva gran parte del cuerpo del glorioso mártir romano San Prudencio. En nuestra Iglesia Parroquial se conserva la auténtica de la concesión y donación de dichas reliquias. Dice así: «Fray Silvestre Meranio de la Orden de San Agustín, Obispo Porfiriense. Prefecto de la Santa Sede, por mandato de S.S. el Papa, autorizó a que del cementerio de San Calixto en Roma, extrajesen el cuerpo del Santo Mártir San Prudencio, para concedérselo al Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Joaquín Portocarrero, una vez reconocido y considerado como auténtico, para que él pueda tenerlo en propiedad, donado o destinarlo a la capilla o persona particular que desee» .

        El cuerpo está contenido en una urna de madera, dorada. magistralmente fabricada y forrada de cristal, artísticamente adornada; tal como se conserva en la actualidad y con un vasito de sangre del mismo mártir.

        El Sr. Cardenal Portocarrero, hizo donación de dichas reliquias al Sr. Marqués de Bondad Real, Mariscal de Campo de los Ejércitos de S.M., Primer Teniente de la Segunda Compañía, Inspector de Caballería y Gentil Hombre de Cámara. Este ilustre señor era natural de Espera.

 Según dice la Auténtica, fue firmada dicha donación en Roma el 2 de Agosto de 1752

       El Sr. Marqués de Bondad Real no puede desplazarse de Madrid a Espera, y entonces da plenos poderes a su hermana, Doña María de Soria, para que pueda hacer llegar al Santuario del Santísimo Cristo de la Antigua en la Villa de Espera, el cuerpo de San Prudencio, Mártir, ya que a dicho Santuario, lo destina. Dichos restos, una vez hecha la diligencia de vista y reconocimiento de la auténtica e identidad, hubo de ir una comisión a recogerlos a la ciudad del Puerto de Santa María; este acontecimiento ocurrió el 3 de Noviembre de dicho año. firmando el acta de traslado D. Esteban Rice de los Cameros. Prebendado del Arzobispo de Sevilla.

          Dicho Sr. Rice ordenó que una vez que los restos llegasen a Espera, hubiera repique general de campanas. así de la Iglesia Parroquial como de las demás ermitas; acto religioso que tuvo lugar el 18 de Noviembre sobre las siete de la tarde, siendo recibidos por el clero y pueblo en masa, todos con sus luces encendidas, cantando el Te Deum Laudamus.