Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno
Cuando
observo el campo sin arar, cuando los aperos de labranza están
olvidados, cuando la tierra está quebrada por el abandono, a
veces me pregunto
¿Dónde estarán las manos de Dios?.
Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al
débil. Cuando veo al prepotente pedante enriquecerse del
ignorante y del pobre, del obrero y del campesino carente de
recursos para defender sus derechos. A veces me pregunto ¿Dónde
estarán las manos de Dios?.
Cuando contemplo a esa anciana olvidada, cuando su mirada es
nostalgia y balbucea todavía algunas palabras de amor por el
hijo que la abandonó. A veces me pregunto ¿Dónde estarán las
manos de Dios?.
Cuando veo al moribundo en su agonía llena de dolor, cuando
observo a su pareja y a sus hijos deseando no verle sufrir,
cuando el sufrimiento es intolerable y su lecho se convierte en
un grito de súplica de Paz, me pregunto ¿Dónde estarán las manos
de Dios?.
Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido, ahora
embrutecido por la droga y el alcohol, cuando veo titubeante lo
que antes era una inteligencia brillante y ahora harapos sin
rumbo ni destino. A veces me pregunto ¿Dónde estarán las manos
de Dios?.
Cuando a esa chiquilla que debería soñar en fantasías, la veo
arrastrar su existencia y en su rostro se refleja ya el hastío
de vivir, y para sobrevivir se pinta la boca y se ciñe el
vestido y sale a vender su cuerpo. Me pregunto ¿Dónde estarán
las manos de Dios?.
Cuando veo a esos padres desamparados buscando justicia humana y
a una hija que no encuentran.
Violada, maltratada
y muerta por unos jóvenes que han perdido cualquier
sentido del respeto
por la vida. A veces me pregunto ¿Dónde estarán las manos de
Dios?.
Cuando aquel pequeño a las tres de la madrugada me ofrece su
periódico, su miserable cajita de dulces sin vender, o cuando lo
veo dormir en la puerta de un zaguán tiritando de frío con unos
periódicos que cubren su frágil cuerpecito. Cuando su mirada me
reclama una caricia, cuando lo veo sin esperanzas vagar con la
única compañía de un perro callejero. A veces me pregunto ¿Dónde
estarán las manos de Dios?.
Y me enfrento a Él y le pregunto. ¿Dónde están tus manos Señor?.
Para luchar por la Justicia, para dar una caricia, un consuelo
al abandonado, para rescatar a la juventud de la drogas, para
dar amor y ternura a los ancianos a los olvidados, para dar
cobijo a los niños desamparados y para llevar paz y descanso a
esos padres desconsolados.
Después de un largo silencio escuché su voz en mi interior que
me reclamó:
“No te das cuenta que tú eres mis manos y mi corazón,
atrévete a usarlas para lo que fueron hechas, para dar amor y
compasión, para poner un poco de paz y justicia en la tierra y
también para
alcanzar las estrellas”.
Y comprendí que las manos de Dios somos “TU Y YO”, los
que tenemos la voluntad, el conocimiento y el coraje para luchar
por un mundo más humano, más justo y más respetuoso con todo lo
que nos rodea. Aquellos cuyos ideales sean tan altos que no
puedan dejar de acudir a la llamada del destino, aquellos que
desafiando el dolor, la crítica, el juicio y la blasfemia se
reten a sí mismos para ser las Manos de Dios.
SEÑOR, ahora me doy cuenta que mis manos están vacías, están sin
llenar, que no han dado lo que deberían dar, te pido perdón por
el amor que me has dado y que no he sabido compartir.
SEÑOR, ahora me doy cuenta que las debo usar para amar, para
entregar, para respetar la grandeza de la Creación desde tú
Emanación.
El mundo necesita de esas manos, llenas de ideales y estrellas,
cuya obra magna sea contribuir día a día a forjar una nueva
forma de vivir, la que nos enseñó hace dos mil años el Maestro
Jesús, manos que busquen valores superiores, que compartan
generosamente lo que Dios nos ha dado y puedan llegar
al final de
sus vidas vacías porque entregaron todo el amor, sabiendo que
para eso fueron creadas.
Y DIOS SEGURAMENTE DIRÁ: ¡ESAS SÍ, ESAS SON MIS MANOS!.
Sr. Cura Párroco
Sr. Alcalde-Presidente del Iltmo. Ayuntamiento de Espera
Sres. Hermanos Mayores de las distintas Hermandades y Cofradías
de Espera.
Sres. Miembros del Consejo Pastoral y miembros de los distintos
equipos de trabajo de la Iglesia de Santa María de Gracia.
Cofrades de las
Hermandades Espereñas.
Hermanos y Hermanas todos.
Cuando una mañana de sábado del pasado mes de Enero, Miguelín,
El hermano Mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús
me propuso el encargo de presentar a la pregonera de la Semana
Santa de este año, la primera reacción hecha desde la razón me
dijo que NO por las múltiples ocupaciones y quehaceres en los
que normalmente estoy enfrascado, pero de inmediato y desde el
corazón se me pasaron tres razones de tanto peso que no tardé ni
un minuto en decirle que SI:
1º.- Por el cariño y el respeto que siento por su familia. Una
familia que desde siempre ha estado identificada con Espera,
desde todos los ámbitos: sociales, culturales, religiosos,
económicos o políticos. Una familia en definitiva querida
y sentidamente Espereña.
2º.- Por el hecho de ser la primera mujer que va a pregonar la
Semana Santa de Espera y estoy convencido de que ahora es la
hora de la mujer, de la mujer con mayúsculas, que el mundo
necesita de la generosidad y de la sensibilidad de las mujeres,
que el mundo necesita más compartir y menos competir y en eso
las mujeres nos lleváis mucha ventaja a los hombres.
3º.- Por su misma persona, por ser ella: Isabel Mª Romano
Luceño.
Una mujer que ha sentido desde pequeña una inquietud interior de
ayuda a los demás y una sensibilidad
especial para estar y participar en la ayuda y la
solidaridad hacia los más necesitados.
Una mujer preparada y con los pies en la tierra, suficientemente
consciente del aquí y del ahora, del tiempo y el espacio que le
ha tocado vivir, sin olvidar sus raíces, sintiéndose espereña en
cualquier lugar donde esté y en cualquier trabajo que desempeñe.
Una persona que en un gesto de sencillez y humildad me ha
impedido o dicho de otro modo, me ha aconsejado dulcemente que
no hiciera ninguna relación de sus estudios, trabajos,
cualidades y
actos para con los demás.
Una mujer en definitiva que ha decidido que sus manos y su
corazón sean las Manos y el Corazón del Señor.
Querida Isabel María no tengo duda de que nos has preparado,
como no podía ser de otra manera, un pregón a la altura de tu
personalidad, lleno de recuerdos, contenidos y mensajes que nos
llegarán directos al corazón. Ahora y a partir de los próximos
minutos todos somos uno contigo, nuestros sentidos están puestos
en ti, así que aquí tienes este balcón de madera para vocear tu
Semana Santa sabiendo que desde el balcón del cielo tres
ángeles te sostienen, te animan y te llevarán por los derroteros
del alma.
Ha llegado el momento.
Que tus palabras nos introduzcan, motiven y animen a vivir como
cristianos esta Semana Santa.
Tuyo es este balcón,
esta tribuna, tuya es la palabra, ¡levántate y pregona a los
cuatro vientos tu Semana Santa, la Semana Santa de Espereña
¡....
José Andrés Cruz Tinoco
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@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2011 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA