EL NACIMIENTO DE JESÚS EN ESPERA
Cada vez que celebramos el día de la Inmaculada Concepción, parece como si se
diera el pistoletazo de salida a una serie de acontecimientos, y vemos
felicitaciones, buenos deseos, regalos, comidas de empresas, reuniones de
amigos; puede incluso que algunos cuando se levantan el día 25 de Diciembre,
deseen que pasen las Fiestas, o porque están cansados o porque la Navidad según
ellos les deprime; esas personas seguramente habrán olvidado el sentido de la
Navidad. En nuestro pueblo, en Navidad, festejamos el Nacimiento de Jesús, el
Hijo de Dios hecho hombre para nuestra salvación. Recordamos el amor de Dios que
ha sido tan grande con nosotros, que decide hacerse uno de los nuestros.
En Espera, también puede que, de acuerdo con esa gran herencia que nos
dejó la Tercera Orden de San Francisco,
desde hace tiempo sintiéramos la necesidad de cambiar aquellas figuras de
escayola que representaban a la Virgen María con su manto azul, a San José con
su barba, al Niño Jesús y al burro y al buey, que habitualmente teníamos en
nuestras casas por las que el santo utilizara en aquella Navidad de 1223 en la
ciudad de Greccio con el noble Juan: sus paisanos de la época.
Nosotros nos decidimos en aquella Navidad de 1983 cuando la Virgen María (Ana
Román Tornay), junto a su esposo San José (José Lozano Castillo) y su hijo Jesús
(Juan Antonio Durán Mancheño) procedentes de la ciudad galilea de Nazareth
vinieron a la ciudad de Belén, justo en el centro de las laderas de Fatetar, en
nuestro pueblo de Espera. Desde entonces, con mayor o menor intensidad hemos ido
celebrando ese fenómeno del Belén Viviente como expresión cultural, religiosa y
social de nuestro pueblo.
Aunque en sus inicios la participación fue mayormente juvenil, la colaboración
de edades superiores fue creciendo paulatinamente, llegando a la dimensión
natural con las que actualmente cuenta desde el año 2004, cuando nuestro
Ayuntamiento crea una gran alianza entre las distintas asociaciones, grupos y
colectivos así como un gran número de vecinos independientes que aúnan esfuerzos
en ofrecer a sus paisanos y a los visitantes que dicho día se acercan a éste
precioso pueblo de la sierra gaditana para compartir una de las mejores
experiencias: el Nacimiento de Jesús.
Este Belén Viviente de Espera quiere ser un medio de difusión de la vida de
Jesús, y en ese marco incomparable en el que se escenifican dichos pasajes
bíblicos, como son las laderas de Fatetar y nuestra querida Paneta, llega a los
visitantes de manera directa y visual, bajo la mirada de nuestro Patrón el
Santísimo Cristo de la Antigua; todo ello gracias al esfuerzo de muchos, que su
único deseo como hemos dicho es el de compartir, lejos de ser un reclamo
turístico para lucro. Pues todo se
ofrece gratis, la Navidad implica en su sentido más estricto y amplio una opción
por los pobres, semejante a la de Jesús, y es por ello que el sentido de nuestra
Navidad debe ir en la dirección del compartir y acercarnos de algún modo al
menos favorecido. Y aunque pueda parecer un poco irónico para nuestros paisanos,
esto es así; a nosotros nos cuesta trabajo verlo, pero el que nos visita durante
esta celebración lo palpa y lo ve claramente.
En estos últimos cinco o seis años, podemos asegurar que más de la mitad de los
espereños, participan de una u otra forma en la celebración de nuestro Belén
Viviente. Este año se respira muy buena sintonía y podemos augurar una gran
celebración. Nuestro pueblo, es un pueblo hospitalario y acogeremos a los que
nos visiten con alegría, con ilusión y con humildad. La masiva afluencia de
visitantes nos hace pediros
prudencia y comprensión a la hora de aparcar vuestros vehículos, pues a pesar de
la disponibilidad logística, puede ser insuficiente. Además, comprobaréis que
hay otras muchas cosas que son merecedoras de una nueva visita a Espera.
Y recordemos que entramos en tiempo de amar, compartir, realizar nuestros
deseos, gana lo más profundo de nuestro corazón buscando la paz, la ternura, la
reconciliación, el perdón y todo aquello que se añora y que se quiere en el
interior de cada uno de nosotros. Estemos en paz con Dios, démosle gracias por
un año más, por otra Navidad, por la unidad, la humildad y la libertad.
Nuestro Ayuntamiento, nuestras asociaciones, grupos, colegios, colectivos,
hermandades y vecinos os deseamos y nos deseamos que podamos abrir el corazón,
ser humildes y disfrutar de esta Navidad.
Recuperar su sentido tratando de percibir en algo el amor de Dios y haciendo un
gesto de solidaridad para con alguna persona, que sepamos menos favorecida:
allí está Jesús esperándonos.
Os deseamos una muy feliz Navidad, plena de sentido, de alegría, de Paz,
Felicidad, Libertad y de apertura a la novedad de Dios.
Antonio Durán Azcárate .(Publicado en el Diario de Cádiz el 18 de Diciembre de 2009)
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@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2009 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA