D. Elías Ahúja y Andría
Introducción:
Muy a nuestro pesar, habría que comenzar haciendo una reflexión sobre la Memoria Histórica, sobre su definición y sobre todo su significación para cada persona.
Si hiciéramos una encuesta sobre que es la Memoria Histórica para cada uno, creo no equivocarme al augurar que para más del 90% la relación la encontraría con los republicanos y su represión tras la guerra civil; casi el resto, es decir, el 9,99% incluiría ambos bandos de la contienda. El “piquito” que falta y entre los que me incluyo pensamos que existen personas que aunque no perecieran por las balas, el garrote o el encarcelamiento, sí que han padecido ese “Olvido Histórico” por parte de las personas o instituciones por muy diversos motivos; uno de ellos es, sin dudas, el desconocimiento. Tal es el caso que nos ocupa: la persona de D. Elías Ahúja; un gran desconocido para muchos espereños.
Hace un par de años, y, por el interés que despertaba en mí dicho señor indagué por la red, archivos, hemerotecas, etc... para intentar saber más sobre el llamado D. Elías en nuestro pueblo. Encontré a una persona que estaba escribiendo su biografía y me puse en contacto con el para dar a conocer su publicación, una vez viera la luz, en nuestro pueblo. Como todos sabemos, estás cosas van siempre mucho más lenta de lo que desearíamos...tan lenta que hasta perdí dicho contacto (en algún corte de luz emigraría hacia las tinieblas). El caso es que aprovechando unos días en el Puerto de Santa María y tras visitar los Archivos Históricos Provincial y Municipal, al que habitualmente acudo, busqué información acerca de D. Elías Ahúja ( no toda está disponible al encontrarse algunos documentos en una exposición entre los que se encuentra el de la aprobación plenaria donde se le nombra hijo adoptivo predilecto del Puerto de Santa María y que hasta el próximo mes de octubre no estará disponible ); tanto busqué que logré encontrar a D. Manuel Martínez Cordero, quien está llevando a cabo la biografía de D. Elías Ahúja y que prevé que tendrá lista la obra para dentro de un par de años. Aunque me ha prometido enviarme un pequeño artículo sobre D. Elías Ahúja, así como una foto para ilustrarlo y colgarlo en la Web, he decidido a tres días de ésta Exposición sobre la Memoria Histórica, recopilar una breve reseña de nuestro desconocido D. Elías Ahúja para dar un poco a conocer a mis paisanos la vida y obra de esta persona.
D. Elías Ahúja y Andría, nació en la ciudad de Cádiz un 8 de Enero de 1863. Su padre era capitán y piloto y vivía en la calle San Francisco nº 38. Cursó sus estudios de primaria en Cádiz y en el Puerto de Santa María.
Por motivos de negocios, al ser su padre Socio de la Casa vinatera Sancho, del Puerto de Santa María, que se llamaba entonces "Sancho-Ahúja", a los 17 años (1.880) trasladan su residencia a dicha ciudad; y Elías Ahúja al cuidado del Agente General de dicha casa en E. E. U. U. marchó a Boston, donde cursó en el Instituto Técnico la carrera de Comercio, a partir de entonces tuvo una muy intensa y variada actividad en el campo de los negocios, formó parte, como Socio, de la firma comercial "Hemenway & Browne". Se pueden citar firmas comerciales, lugares y fechas pero es difícil reconstruir con fidelidad su actividad comercial: Hemenway & Brown, General Motors Cars, Union Pacific, Tabacos de Cuba... en las más importantes ciudades de Estados Unidos.
En 1.897 se apartó de los negocios, residiendo en varias poblaciones de Norteamérica, hasta que en 1.903 se trasladó a la República de Chile como Vice-Presidente y Director de la "Dupont Nitrate Company" cuyos cargos desempeñó hasta 1.915. En esos años formó parte de la Comisión nombrada por la Colonia Española para regalar a España por suscripción, un barco de guerra, con motivo de la guerra con los E. E. U. U. recabándose la suma de un millón de pesos; y por su actuación, la Colonia Española le dedicó un homenaje. Fue un decidido protector de la Sociedad Española de Beneficencia chilena, y de cuantos españoles llegaron hasta él; y al ausentarse de aquella República regaló a la Sociedad dos magníficos automóviles que poseía y otras cosas de valor para que, rifados, destinaran sus productos a necesidades de la misma.
En 1.919, retirado definitivamente de los negocios recorrió los Estados Unidos en casi su totalidad, regresando a España en 1.922. Iba a cumplir los 60 años y tenía la intención de dedicar su inmensa fortuna a remediar cuantas necesidades llegasen a su conocimiento. Pero eso sí, con una condición: no dar dinero. Elías Ahúja socorrió al necesitado, construyó comedores, escuelas y clínicas y siempre dió a cuantos llamaron a su puerta, pero sin entregar una sola peseta, sino tomando parte activa en la buena obra. Jamás tuvo negocio alguno en España, esto es, que lo que invirtió aquí en sus buenas obras, fue el producto de sus ganancias en el Extranjero, obtenidas tras una vida intensa de trabajo; y siempre conservó este gaditano su nacionalidad española. En 1924 toda esta buena obra quedó institucionalizada como «Beneficencia Particular Elías Ahúja», dependiente de la asociación «Good Samaritan», de Wilmington (EE.UU.). Todas, bajo su personal cuidado, y desde entonces, y aun después de su fallecimiento, de acuerdo con sus instrucciones, siendo la más recomendada que no se tuviese en cuenta la ideología del peticionario de beneficio.
Su casa de Cádiz, el n.° 10 de la Alameda esquina a Fernán Caballero, aún conserva hoy en su decoración rasgos del dudoso gusto yanqui de su antiguo dueño. Allí, los gaditanos que fueron en busca de ayuda, siempre encontraron un corazón lleno de nobles sentimientos y caridad inagotables.
Los que le conocieron saben que esa reconocida generosidad nunca fue despilfarro ni prodigalidad. Se dice que la beneficencia de Elías Ahúja repartía 800.000 pesetas de aquella época.
No se limitaba en todas sus obras a dar el dinero; sino que tomaba parte activa en ellas, y gran amante de la Cultura, Deportes, Instituciones militares, Religiosas, Educativas, etc. que se traducían en donativos de gran cuantía y constantes, en Sevilla y pueblos de la provincia de Cádiz, que detallamos.
Construcción de un Casino y Escuelas, obras en calles, y socorros de alimentos en Espera.
Construcción de Un Cuartel de nueva planta para Carabineros, reformas en el de la Guardia Civil, edificio de nueva planta para Ayuntamiento y Escuelas municipales, traída de aguas y socorros de víveres en Paterna.
Construcción de un Pabellón para infecciosos en el Hospital del Puerto de Santa María.
Construcción de un Pabellón en el Hospital de la Cruz Roja de Sevilla, con mobiliario y aparatos.
Construcción de una Sala de Duchas y otras muchas obras en el Penal del Puerto de Santa María; y creación y sostenimiento de unos comedores para Viudas y Huérfanos, que utilizaban diariamente 60 personas, con las que él comía dos veces por semana. Para la calle suministraban 150 raciones diarias. Un Dispensario gratuito con asistencia médico-farmacéutica.
Sostuvo Colonias veraniegas de Jerez, Villaluenga y otros pueblos del interior que se establecían en el Puerto de Santa María y Cádiz.
Al Penal del Puerto de Santa María donaba comidas extraordinarias y les obsequiaba a los reclusos con tabaco y efectivo. También extendió estos beneficios al Penal de Ocaña, y otras prisiones.
Donativos de ropas, alimentos y efectivo, a los Conventos de Religiosas Concepcionistas, Capuchinas y Espíritu Santo del Puerto de Santa Maria, Hermanitas de los Pobres del Puerto de Santa María y Cádiz; Santa María y Candelaria en Cádiz; Hermanas de la Cruz en Sevilla; Asilo de Huérfanas del Rebaño de María en Cádiz; Sanatorio de Santa Rosalía de Jerez; Hermanos de las Escuelas Cristianas de Cádiz y Jerez, etc.
Hizo frecuentes aportaciones a los Colegios de Huérfanos de la Guardia Civil y Carabineros.
Al Regimiento Infantería de Cádiz camioneta, colchones, cuarto de aseo, y sala de duchas, arreglo de comedores y otras obras.
Obras de reformas en la Academia Hispano Americana de Cádiz, con mobiliario, e igualmente en la Audiencia Provincial.
Sostuvo totalmente por muchos años la Institución Exploradores de España. Organizó y sostuvo varios años un Batallón Infantil de 100 plazas en el Puerto de Santa María, que llegó a disponer de una magnífica Banda de cornetas y tambores. Los chicos que le constituían, hijos de obreros, recibían clases diarias en la Academia y se instituyeron premios para cualquier buena acción o acto de honradez
Fue hombre de vasta Cultura, de extraordinario dinamismo, carácter enérgico y totalmente independiente, y de un corazón lleno de nobles sentimientos y de caridad inagotable.
No figuró en partido político alguno ni Asociación de ninguna clase. En las últimas elecciones de la Monarquía fue Candidato para Diputado a Cortes (aun cuando después retiró su candidatura) con el carácter de monárquico independiente, aunque contando con el apoyo del partido Conservador. Una anécdota curiosa que rebela su carácter: Era Ministro de la Gobernación D. Leopoldo Matos. El Sr. Ahúja ha sido citado por el Ministro a las 13 horas, cinco minutos antes llegó el Sr. Ahúja, y transcurridos cinco minutos de la hora fijada sin que le hubiesen recibido, se dirigió al ujier, diciéndole: "Digan al Sr. Ministro que yo no puedo perder mi tiempo" y se marchó sin verle.
El Puerto de Santa María, por suscripción popular, en la que puede afirmarse que ni una sola persona dejó de contribuir, le regaló un corazón de oro y un álbum con la firma de cuantos contribuyeron al homenaje. El Ayuntamiento rotuló con su nombre una plaza. Anteriormente, el 3 de Marzo de 1928, se celebró un pleno extraordinario del Excmo. Ayuntamiento con tres puntos en el orden del día: el primero, era la rotulación de las calles Luja y Ribera del Río como “Primo de Rivera” y “Conde de Guadalhorce” en prueba de gratitud de la Ciudad al Presidente del Consejo de Ministro y al Ministro de Fomento. El punto segundo fue el nombramiento de Hijo Predilecto de la Ciudad a D. Elías Ahúja y Andría, tras la solicitud suscrita por D. Pedro Hernández Carrera y acompañada de cuatro mil ochocientas noventa firmas por la labor humanitaria y las numerosas obras de beneficencia realizadas por dicho Señor; sin discusión y por unanimidad se acordó dicho nombramiento. El tercer punto era el acuerdo unánime de dicho pleno municipal por los motivos anteriormente expuestos para solicitar al Gobierno de Su Majestad la Gran Cruz de Beneficencia para el Ilmo. Sr. D. Elías Ahúja y Andría.
Una anécdota de su acendrado patriotismo:
"El día de la Capitulación de nuestra resistencia en Cuba, un grupo de amigos americanos, celebraban en el club el para ellos feliz acontecimiento. Entró D. Elías en el momento del brindis con champán y con la rabia de todo buen patriota, quedó estático mientras las lágrimas acudían a sus ojos. Dióse cuenta uno de ellos, y la caballerosidad de aquellos amigos, suspendió el brindis y acudieron a abrazarles.
Era Académico de la Real Hispano Americana y de la de Bellas Artes de Cádiz y Presidente de la Representación del Tiro Nacional; Presidente honorario de las Asambleas de la Cruz Roja de Cádiz y Sevilla y de otros muchos Centros.
Poseía la Cruz del Mérito Militar de 3a clase; Gran Placa de Honor y Mérito de la Cruz Roja; Medalla de oro de la Cruz Roja; Cruz de clase de la Orden Civil de Beneficencia; Medalla de oro de los Exploradores y Medalla de oro Penitenciaria. Al proclamarse la República se encontraba en trámite la concesión de la Gran Cruz de Beneficencia.
Pese a su formación y cultura norteamericanas, se sentía orgulloso de ser español, hablando un castellano claro y sin modismos andaluces. Elías Ahúja era un auténtico caballero, hizo la caridad, pero sin alardear. Impulsivo y vehemente, sin ser colérico. Autoritario pero dotado de un fino humor anglosajón. Sociable sólo con sus íntimos, tenía a veces rasgos infantiles, pero ni un pelo de tonto, como todos los hombres que se han hecho a sí mismos. Quizá ello le hizo conectar con la patrulla de «exploradores» (hoy boys scouts), que existía en Cádiz, con quienes mantuvo una relación amistosa.
Paradójicamente haciendo la caridad en Cádiz, Elías Ahúja se fue creando enemigos. Quizá sólo fuese porque se hacía al margen de las instituciones habituales, y porque la caridad es una forma de influir en las clases menos favorecidas. Lo cierto es que sus detractores comenzaron por decir que Ahúja era masón. Y es más que posible que perteneciera a alguna logia norteamericana o que fuera rotario. Sus calumniadores murmuraron también que era homosexual. Para ello, y como único argumento, se esgrimía su pertinaz soltería.
Sólo para una mente mezquina, estos argumentos, ciertos o falsos, pueden empañar la bondad y la generosidad de Elías Ahúja.
La conmoción de 1936, aquella innombrable tragedia que a partir del 18 de julio, convirtió a España en una hoguera, daría al traste también con tan noble tarea. En Cádiz, y en todo el país, se habían desatado las pasiones políticas; si bien Elías Ahúja había mantenido una actitud políticamente tibia, para unos era monárquico y para otros tenía simpatía por la República. Lo cierto es que no tuvo una nítida afiliación ideológica.
Pero sus calumniadores y detractores, que estaban haciendo trizas su reputación, y su enemigo más enconado, la Falange, que miraba con codicia sus bienes, fueron cercándolo.
Sobre todo, un turbio incidente con Queipo de Llano acabó por desacreditarle frente al bando que a la postre sería el vencedor de la Guerra Civil. En el verano de 1936 Elías Ahúja se puso al frente de una suscripción en el Aeroclub de Cádiz, para comprar un hidroavión a las fuerzas nacionales. Queipo creyó, o le hicieron creer, que lo iba a comprar íntegramente el famoso benefactor gaditano. Y comenzó a reclamarlo como reclamaba las cosas el que ha sido llamado el «último virrey», que pensaba que se trataba de una promesa incumplida de Elías Ahúja.
Informado por un alto mando local de la Guardia Civil, institución a la que tanto había favorecido, de lo peligroso de su situación, un día de 1937, a través de Gibraltar y casi furtivamente, Elías Ahúja parte de nuevo al exilio. Esta vez un exilio más triste y desesperanzado.
Instalado en Estados Unidos, las noticias que llegan de él son cada vez más espaciadas. La guerra, la dura posguerra y no pocos problemas ocuparon la vida de los españoles. Elías Ahúja fue olvidado sin más.
El verano de 1951 se supo en Cádiz que Elías Ahúja había fallecido en Nueva York el 20 de julio. Su obra en Cádiz le sobrevivió, pues la «Beneficencia Particular Elías Ahúja» terminó su actuación el 31 de diciembre de 1979, entregando el saldo de varios miles de pesetas a dos escuelas católicas locales.
El Puerto de Santa María, que lo hizo hijo adoptivo en 1928, le dedicó el nombre de una de sus plazas, y su casa, que ocupó la Falange, y actualmente en lamentable estado de deterioro, se puede convertir en un centro cultural una vez restaurada.
También lleva su nombre un Colegio Mayor de la Ciudad Universitaria de Madrid.
En Cádiz, quizá solo aquellos esforzados «chicos exploradores», hoy con sesenta años más, guardan un imperecedero recuerdo de aquel misterioso y noble filántropo que tanto bien hizo en Cádiz.
En Espera, el 3 de Junio de 1931 se rotuló la calle que actualmente se llaman Alcubillas, Los Toros y Andalucía y que se llamaba en su totalidad Alcubillas por c/ Elías Ahúja, que posteriormente el 29 de Octubre de 1936 se le cambió el nombre por c/ José Antonio Primo de Rivera. Cuando se trasladó el Ayuntamiento a la actual ubicación se colocó una placa en Homenaje a Curro Garrido y Elías Ahúja, por ser este edificio una donación de D. Elías.
Antonio Durán Azcárate 2006
[ Página Inicio ] [Noticias] [ Artículos ] [Información] [Guías y Directorios] [Fiestas] [Agricultura] [Datos e Informes] [Planos] [Fotos] [ Gastronomía ] [Novedades] [Mapa Web ] [Enlaces] [Contacta conmigo]
@ Antonio Durán Azcárate. 2001 - 2007 Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA