PARA FELIPE

 

A mi padre que ya no está con nosotros, quiero dedicarle estas líneas.

 

Todos los día desde lo mas profundo de mi corazón  hablo contigo, te hecho mucho de menos. Tus consejos, tus historias, que eran realidades que habían pasado en tú vida pero que parecían historias de un cuento, y como no tus refranes.

 

Recuerdo cuando me decías: “Prefiero que llores hoy tú, que no tenga que llorar yo mañana”, era cuando de niña no podías darme los caprichos que te pedía, entonces no te comprendía, pero cuanta razón tenías. Me doy cuanta ahora que soy madre que a veces tenemos que decir “no”, aunque nos duela, pero es por el bien de nuestros hijos.

 

Quiero que sepas que me siento orgullosa de la forma en que me has educado, inculcándome unos valores que me hacen se tolerante, comprensible (como eras tú), y sobre todo me siento fuerte ante las adversidades de la vida.

 

Te quiero pedir que desde donde estés me sigas guiando. Quiero que me mandes fuerza y apoyo para transmitir a mis hijas lo que he aprendido de ti, que las protejas y siempre me las guíes.

 

No se me olvida la frase que me dijiste: “El árbol hay que guiarlo desde pequeño, de mayor ya es tarde”.

 

También quiero darle las gracias a mi MADRE, ya que ella también me ha ayudado y apoyado a mi padre en mi educación, la educación de los hijos es labor de los dos.

 

Gracias por todo.

Es mi deseo contar un episodio de mi infancia.