Volver a Índice Revista del Santo Cristo 2010                                                                  Volver a Índice de Artículos

REVISTA DEL CRISTO 2010

El cante a porfía

 

EL CANTE A PORFÍA

 

 

            La recuperación de estas coplas es un homenaje a la mujer escardadora en cuadrilla y a la vez “Cantaora” a porfía, pues así se llamaban a estas coplas salidas de la parte poética de algunas mujeres con dicho don, y que luego corrían de garganta en garganta, de cuadrilla en cuadrilla y de cortijo en cortijo, sin conocer su autora; cuyo escenario eran los verdes trigales o los líneos de algodón.

 

Casi siempre empieza el concierto a la salida de un cigarrillo o almuerzo, donde cada cual en silencio, herramienta en mano e inclinado el cuerpo hacia la tierra, alguien rasgaba el aire con las siguiente letras, cuyas tonadas no puedo plasmar en este pergamino, pero que muchas damas de aquellos tiempos podrán enseñarlas a esta generación, y que empezaba así:

 

Si mi amiguita quisiera

Cantar conmigo a porfía,

Yo tengo la Iglesia llena,

El Coro y la Sacristía

 

A la que otra contesta:

 

Yo no tengo Iglesia llena

Ni Coro ni Sacristía,

Pero tengo mi pechito

Para cantarte a porfía.

 

El repertorio era muy variopinto. Ejemplo:

 

Una que tenía dudas sobre los pensamientos del novio cantaba así:

 

En este cerro me tienes

Arrancando volavientos

Si no me vienes a ver,

Cuáles son tus pensamientos

 

Una que sí lo tenía en el saco:

 

Por allá arribita viene

El que tiene que ser mío,

Él tiene que juntar

Su corazón con el mío

 

Alguna recordaba con nostalgia un amor pasado con esta letra:

 

Eché candela en un cerro

 Y el viento se la llevó;

Donde candelita hubo

Algún rescoldo quedó

 

Si alguna la había dejado el novio, las compañeras, tratando de mitigar su pena, cantaban  así:

 

Chiquilla no tengas pena

Por lo que “ta sucedío”

“queso” se lava y se estrena

Como si fuera un “vestío”

 

Y la aludida contestaba:

 

No tengo pena ninguna

Ni tengo quien me la dé,

Uno que penas me daba,

Con su madre lo mandé.

 

Y seguía el consuelo y la respuesta:

 

Por eso que “ta pasao”

No tengas pena maldita;

Que la mancha de la mora

Con otra verde se quita

 

No tengo mancha ninguna

Ni “vestio” que lavar;

Yo tengo “vestio” nuevo

Y otro puesto en su “luga”

 

Cuando aparecía un pretendiente, que no era del agrado de la chica, le cantaba así:

 

Anda, vete, anda, vete

Anda, vete “arretirando”;

Que esta ventana no es

La que tú vienes buscando

 

Si había algún tipo de relación pero finalmente ella cortaba, le cantaban de esta forma:

 

Por alta que va la luna,

El lucero la acompaña;

Qué triste se queda un hombre

Cuando una mujer lo engaña.

 

Había también el hombre, poco hombre, que después de dejar a una mujer se burlaba de ella con las coplas diciendo:

 

Anda, vete, anda, vete;

Anda, vete por ahí,

Que los médicos te cierren,

Las puñaladas que te di.

 

 

En cambio los había galantes que les cantaban hasta a las más bajitas:

 

Señorita chiquitita,

Se me olvidó de decirte

Que la mujer chiquitita

Con menos ropa se viste

 

Eres chiquitita y bonita,

Eres como yo te quiero,

Eres una campanita

En las manos de un platero

 

Un terreno abonado era la figura del manigero al que cantando, le podían decir cosas que no podían decirle sin la máscara de la copla, como en el carnaval:

 

Manigerito bueno,

Dame de mano

Que una hora ni media “no es na palamo”

Y, si acaso es algo,

Vaya por lo que quitas

En los cigarros

 

Manigero manigero,

Dénos usted de mano ya

Que somos mocitas con novio

Y nos tenemos que arregla.

 

Este manigero mío

¿De qué familia será?

Que echa los cigarros cortos

Y largas las resbesá.

 

Manigero, manigero,

“Ha” usted el “favo” de venir

Que ésta se está orinando

Y yo que me quiero ir.

 

Este manigero mío,

El de la mía cuadrilla,

Si es que no tiene tabaco,

Yo le traigo una cajilla,

Que en mi casa hay estanco.

 

Por la “laera” abajo vienen

Una mujer y un chiquillo

Y a voces vienen diciendo

Manigero un cigarrillo.

 

 

 

Por la linde aquella suben

Una mujer y un zagal

Y a voces vienen diciendo

Manigero “ámonos ya”

 

Y, si ya lo del manigero se ponía algo pesado y al propio manigero se le arrugaba el entrecejo, había quien incitaba a la más… con aquello de: -Anda, cántale una de Piqué, que podía arrancar así:

 

En la puerta de tu casa,

Tengo que “tirá” tomate

“pa”, cuando pase tu novio,

Que se resbale y se mate

 

Y ya estaba la pelea dialéctica y divertida

 

Tu eres más fea que un “búho”,

Tienes cara de mochuelo,

Más negra que una tormenta,

El que se case contigo

Aquella noche revienta.

 

Golfa tú, golfa tu hermana,

Golfa tu madre y tu tía;

¿Cómo quieres que te quiera

Si eres de la golfería?

 

En la puerta del cortijo

Hay un caballo “amarrao”,

Con más vergüenza en la cola

Que esa tía “que ha cantao”

 

Y tú más chica que una pimienta

Y ya te quieres casar;

Anda, ve y dile a tu madre

Que te enseñe a remenda.

 

Presumes de elegancia

Y no te has “casao”,

Algún pelito en el área

Tendrás “guardao”

 

Chiquita y requetechiquita,

Pero tengo mi “cuidao”,

Que no se burle de mi

Ningún tono “placeao”

 

 

Acábate de “callá”

Cara de cartón “quemao”,

“quere” capaz darle un susto

A un demonio “embalsamao”

 

Y así se podían pasar horas, hasta que con el calor, y con muchas veces la falta de agua, las gargantas se secaban, y alguien guardaba silencio, por lo que otra podía decir:

 

Esa niña ya no canta,

Esa niña “sa burrio”;

Échale las “aguaeras”,

Que vaya por agua al río.

 

Y podía tener esta réplica:

 

¿Cómo quieres que yo vaya,

Chiquilla, por agua al río,

Si detrás de aquella mata

Está tu padre “escondío”?

 

Y aquí podrá sonar la voz ronca del viejo manigero diciendo:

 

Niñas, vamos a dejarlo “pa” mañana; a ver si hay más ganas de darle con fuerza al

Escardillo y menos chufleo.

 

En este momento contestaban todas al unísono:

 

Ay, Santo Cristo de la Antigua, ya era hora.

 

Y este “escribidor” de aquel tiempo que fue… Quiero agradecer a aquellas mujeres que me han recordado coplas para escribir el artículo no sin cierta pena recordando, sin dar nombres, a aquellas que ya no pueden ni leerlo ni oírlo y que formaron parte con sus penas, sus alegrías y su dolor de estos cortijos de nuestra comarca que fueron famosos en la producción de trigo, algodón, garbanzos, etc…

Miguel Rodríguez Ardila

Espera, 2010

 

 

Volver a Índice Revista del Santo Cristo 2010                                                                  Volver a Índice de Artículos

[ Página Inicio [Noticias] [ Artículos ] [Información] [Guías y Directorios] [Fiestas]  [Agricultura] [Datos e Informes] [Planos] [Fotos[ Gastronomía ] [Agenda] [Mapa Web ] [Enlaces] [Contacta conmigo]

E-mail 

 

 

@ Antonio Durán Azcárate. 2001  - 2010  Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA