Saludo del Sr. Cura Párroco

          

            Queridos espereños:

            Junto a la alegría de estas grandes fiestas que se nos avecinan, también os comunico otra: Las obras del Camino de la Ermita se han terminado felizmente, después de cuatro meses de duro trabajo, esfuerzos y sacrificios. Una vez más ESPERA dijo: «Aquí estamos todos para lo que haga falta», y habéis vuelto a escribir otra bella página en vuestra gloriosa historia.

           No sería capaz de expresaron con mis palabras ni en estas pocas líneas la mezcolanza de sentimientos que embargan mi ánimo: por una parte anonadamiento, gratitud y humildad ante Dios Nuestro Señor que me concedió participar en todas vuestras grandes empresas y conseguir lo que nos proponíamos; han sido muchas cosas las que se han realizado y todas enfrentándonos a grandes dificultades, sacrificios y trabajos. Por otra parte, siento confusión por vuestra espontaneidad, generosidad, disposición de servicio y ayuda.

          Yo quisiera extender lo máximo la palabra «gracia» de forma que vierais mis sentimientos.

          Quizás algunos puedan creer que ha sido capricho, lujo u ostentación lo del arreglo del camino de la ermita; pero en el ánimo de los más sensatos está, lo mal que se encontraba, lo difícil que era el transitarlo, lo incómodo del cerro, hasta llegar a nuestro Santo Cristo; casi ni la misma imagen podía pasar el día de su Fiesta. Y cada día son más los que acuden a venerar y rezarle a la Milagrosa Imagen.

           Expuesta la cosa al pueblo, todos podéis observar cómo reaccionó: qué forma de ayudar, de prestarse, de colaborar, de trabajar. A nadie se le ha exigido, sólo se le ha invitado a que colaborara si quisiera, y ya podéis ver en la lista que os adjunto más de mil nombres que libremente proclaman una misma fe y amor a su Cristo.

           Luego si el Pueblo sí ha respondido, es porque lo ha querido: Os felicito y dispongámonos a celebrar cristianamente nuestras fiestas en honor del Cristo al cual tanto debemos y queremos

           Bien: Están terminadas dichas obras que todos con satisfacción y gozo vamos a admirar; pero siempre hemos de sacar la gran lección que nos dan las cosas y sucesos materiales para nuestra vida de cristianos.

          El camino está más cómodo, fácil, bonito, vistoso; pero como cristianos no debemos contentarnos con lo hecho: hemos de subir más, aspirar a más; hemos de procurar que nuestra meta no sea sólo lo terrenal, lo material; el camino bueno que ahora nos acerca más a Cristo, es para que también seamos más buenos. Cristo sigue crucificado y todos sabemos por qué; ojalá algún día seamos capaces de bajarle de la cruz para que no padezca más: cuando en nuestras vidas pongamos la misma fé, entusiasmo, generosidad, servicio, sacrificio y trabajo que hemos puesto en lo material.

          ESPEREÑOS: Vosotros que habéis hecho cosas tan grandes en todo vuestro extenso historial y con tantos sacrificios, no las nubléis con el mal. Vosotros que de siempre habéis llevado una vida dura, probada y esforzada por tantas contrariedades, aprended la gran lección que nuestro Cristo quiere:

          Siete peligrosas curvas y un largo tajo, tiene el camino que habéis arreglado y llega a la Ermita. Hay que caminar con prudencia y subirlas y bajarlas con la mirada puesta en lo seguro. Muchas más curvas, muchos más tajos, muchas más cuestas, muchas más pendientes, muchos más peligros hay en la vida; si caminamos solos, podemos precipitarnos; si caminamos con nuestro Cristo y viviendo como EL quiere, entonces llegaremos a feliz término.

          ESPEREÑOS: Una vez más mí felicitación a todos, mí gratitud a tántos y tántos del pueblo y de fuera; perdonen amigos, las molestias que os he podido causar; ahí tenéis lo que habéis hecho; satisfacción y gozo para todos, y a celebrar este año las fiestas del Santo Cristo como EL se merece y como nunca lo hemos hecho.

         Con todo afecto

VUESTRO PÁRROCO.