Volver a Fiestas del Santo Cristo

REVISTA DEL CRISTO 2005

Cuando estamos lejos

 

CUANDO ESTAMOS LEJOS…

 

            Cuando estamos lejos, los recuerdos se agolpan y cada vez se hacen más actuales, y más ganas tenemos de hacer participes a los demás de esos recuerdos que han formado parte de tu vida.

 

            En una reciente excursión que hicimos los A.A. Salesianos de Cádiz y San Fernando (unas 70 personas) a Espera, visitamos la Iglesia, después de estar en el Sagrario y el canto de María Auxiliadora, como es nuestra costumbre donde vamos, les conté la siguiente anécdota en la cual yo participé:

 

            Corrían los últimos años de la década de los 40 (yo podía contar entre siete y nueve, ya andaba entre los monaguillos de esa época a los que después sustituí) cuando en nuestra Iglesia se ahorcó un señor que era novio de la hermana del párroco por entonces, la iglesia estuvo 40 días cerrada al culto. Si no estuvo los cuarenta días, se decía que estuvo en cuarentena.

 

            La bendición de la parroquia para abrirla de nuevo al culto coincidió con el día de los difuntos. En aquellos tiempos en las misas se difuntos se montaba delante del altar mayor (donde hoy se celebra la Eucaristía) un catafalco, más grande cuanto más pudiente había sido el difunto.  Como podéis imaginar en el día de los difuntos este catafalco era muy grande. Ya estaba todo preparado para al día siguiente, dos de Noviembre, reabrir la Iglesia y la celebración de las tres Misas, que se decían seguidas, la tercera era la solemne.

 

            Pues bien ese día, fiesta de Todos los Santos, los monaguillos y algunos chiquillos más, después de estar toda la mañana pidiendo por las calles, con una espuerta donde nos echaban, castañas, membrillos, bellotas, dinero, etc. Para alimentarnos toda la noche que pasábamos doblando las campanas, (al día siguiente empacho seguro), estábamos barriendo la iglesia, como otros tantos días, lo que menos hacíamos era barrer, lo que más jugar al escondite dentro de la iglesia. En un momento dado sentimos ruido en la puerta de la sacristía, todos nos escondimos, era la hermana del cura que iba a visitar al Santísimo, en el sagrario, tenía que recorrer el trayecto desde la sacristía hasta el sagrario pasando por delante del catafalco, al terminar la visita, ya camino de vuelta, al pasar delante del catafalco, uno de los chiquillos, (el que esto suscribe), se había metido debajo del catafalco, al pasar ella, levanta la tela y le dice su nombre. Como podéis imaginar ella cayó en redondo al suelo desvanecida y los monaguillos pusimos pies en polvorosa, cualquiera nos cogía. No pensamos ni en socorrerla, se lo dijimos a su hermano y ahí terminó la historia.

 

            De los hechos posteriores no recuerdo nada, el sacerdote fue trasladado. En el año 1962 mi familia emigra a San Fernando y sobre los años 70 mi madre me dijo: ¿sabes quién está aquí en San Fernando? Me cogió por sorpresa cuando me dijo, que la hermana del cura estaba en el convento de las capuchinas, ella la visitaba muy a menudo.

 

            Un día quise acompañarla, nos saludamos y, cuando le conté que yo había sido el causante de su desmayo en la iglesia de Espera, se reía bastante con lo sucedido; pero también me dijo que, si en aquel momento me hubiera pillado, no sabía lo que me habría hecho, porque miedo mayor en su vida no había pasado más que en aquella ocasión.

 

            Hice varias visitas al convento, después por motivos de trabajo deje de ir; mi madre siguió yendo a verla; al final, ambos le perdimos la pista. Al cabo de los años me acostumbré a ir todos los domingos a la misa de nueve en el convento, sin querer venía a mi memoria este recuerdo y rezaba por ella, hasta que un día del mes de octubre del año pasado, el celebrante dio la noticia de su muerte, Creo que para la mayoría de los presentes era una desconocida, Yo ese día la Eucaristía la ofrecí por ella y, sin saber el porqué, cambié de iglesia pero la sigo recordando como si fuera aquel día uno de noviembre.

 

            En mi época de monaguillo, tuve bastantes anécdotas que en otra ocasión contaré.

 

            Que lo pasemos bien en las fiestas del Santo Cristo, que sigan sirviendo de reencuentro de amigos y familiares, y que Él esté siempre presente en nuestros hogares.

 

Francisco Garrido Benítez

           

Índice de Artículos de la Revista 2005

 

 

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@ Antonio Durán Azcárate. 2001  - 2005  Espera ( Cádiz ) ANDALUCÍA - ESPAÑA